Recuperamos la serie histórica con la Milla, la distancia de referencia a partir de la cual se ha estructurado el atletismo en pista (media milla, cuarto y octavo) aunque finalmente la propia Milla quedó fuera del programa oficial en favor de los 1.500m, una distancia que empezó a imponerse en el continente europeo en 1890 y que tardaría varias décadas en imponerse a la Milla (en el espíritu de los anglosajones y en la calidad de las marcas).
El desarrollo de la Milla en el siglo XIX va ligado a la leyenda de Walter George que entre 1880 y 1884 bajó el RM amateur hasta 4:18.2/5 antes de perder su status para enfrentarse al recordman profesional, el escocés William Cummings (4:16.1/5 en 1881). Ya como profesional George batió a su rival y su record con un 4:12.3/4 que los "puros" no mejorarían hasta 1915. El irlandés-americano Tom Conneff y el inglés Fred Bacon mejoraron la marca oficial de George teniendo Conneff el RM al cambio de siglo: 4:15.3/5 en 1895.
Las marcas de los 1.500m, inferiores en calidad a las de la Milla (la equivalencia debe ser de 18-19"), se dieron en su mayoría en los Juegos o en reuniones preolímpicas.
Lista 1900. Milla (1.609,36m)
4:22.3/5 Alex Grant USA Travers Island 23-09-1900
4:23.1/2 D. McWilliams USA New York 04-07-1900
4:24.1/5 John McCaffrey IRL Ballinsloe 13-08-1900
4:24.2/5 John Cregan USA Berkeley Oval 26-05-1900 IC4A
4:26.2/5 Francis Cockshott GBR Cambridge 10-03-1900
4:26.8e John N. Bray USA Berkeley Oval 26-05-1900 IC4A
4:27.5e Jack Paterson SCO Edimburgo 30-05-1900
4.28.1/5 Charles Bennett GBR Stamford Bridge 07-07-1900 AAA
4:28.6e A.O. Berry USA Berkeley Oval 26-05-1900 IC4A
4:28.8e Ed R. Burshnell USA Berkeley Oval 26-05-1900 IC4A
Lista 1900. 1.500m
4:06.1/5 Charles Bennett GBR París 15-07-1900 JJ.OO.
4:06.6e Henri Deloge FRA París 15-07-1900 JJ.OO.
4:08.1/2 John N. Bray USA New York 26-05-1900
4:08.3/5 Alex Grant USA Filadelfia 12-06-1900
4:09.2e David C. Hall USA París 15-07-1900 JJ.OO.
4:09.6+ Joe Binks GBR Windsor 03-09-1900
4:09.8+ Jack Paterson SCO Edimburgo 26-05-1900
4:09.8e Christian-A. Christensen DEN París 15-07-1900 JJ.OO.
La distancia de la Milla se corría en todos los países anglosajones mientras los europeos (menos Hungría y Dinamarca) corrían ya los 1.500m.
Campeones nacionales (Milla)
EE.UU. (AAU): George Orton CAN 4:42.2/5
EE.UU. (IC4A): John Cregan 4:24.2/5
Canadá (open) : Alexander Grant USA 4.29.1/5
Australasia (1899): D´Arcy Wentworth 4:39.1/2
Nª Zelanda: William Simpson 4:38.2/5
Inglaterra (AAA): Charles Bennett 4:28.1/5
Hungría: Hermann Wraschtil AUT 4:54.0
Dinamarca: Peter Hansen 4:50.0
Campeones nacionales (1.500m)
Francia: Henri Deloge 4:11.3/5
Alemania: Franz Geist 4:34.4/5
Suecia: Kristian Hellström 4:28.3/5
Noruega: Eigil Lie 4:34.4
Los II Juegos Olímpicos (París, 14-22 julio)
Pese a encontrarse en París no compitieron los yankis John Cregan (5 títulos USA entre AAU y Universitarios) y Alex Grant (líder del año y campeón AAU de la Milla) ni el canadiense George Orton (5 títulos de la AAU y 2 universitarios). Sin duda, la razón fue la disputa de la prueba en domingo ya que todos ellos competían para universidades "puritanas".
Así las cosas, entre los nueve inscritos en la final directa los favoritos parecían el campeón inglés Charles Bennett y el subcampeón universitario USA John Bray, dos atletas que habían bajado de 4:29.0 en la Milla ese año. Otro americano, Dave Hall, y el campeón francés Henri Deloge habían mostrado buen nivel clasificándose la víspera para la final de los 800m.
Desde la salida tomaron la cabeza Bennett y Deloge, con los americanos tras ellos y el resto en una larga fila. Pasaron los 500m en 1:21.2 y los 1.000m en 2:56.0 (1:34.8) y abordaron codo con codo la última vuelta en la que el inglés se impuso, en un potente sprint, al francés por unos cinco metros (1:10.2 la última vuelta de 500m) y estableció un nuevo RM con 4:06.2 (de menos nivel que el RM de Conneff en la Milla: 4:15.6). A unos 20m de los primeros Bray se llevaba el bronce ante su compatriota Hall siendo el danés Christensen quinto.
Final (15 de julio)
1. Charles Bennett GBR 4:06.1/5
2. Henri Deloge FRA 4:06.3/5e
3. John Bray USA 4:09.0e
4. Dave Hall USA 4:09.1/5e
5. Christian-August Christensen DEN 4:09.4/5e
6. Hermann Wraschtil AUT
7. Louis Segondi FRA
8. Jack Rimmer GBR
9. Ondřej Pukl BOH
Pese a las ausencias se puede decir que ganó el hombre en mejor forma, Charles Bennett, como demostró llevándose una segunda medalla de oro en la prueba de 5.000m por equipos, que ganó con 15:20.0 (RM oficioso).
28 de mayo de 2011
22 de mayo de 2011
Hace 60 años: los I Juegos Pan-Americanos
Aunque los Campeonatos Sudamericanos de atletismo se celebraban desde 1919 y los Juegos Centroamericanos desde 1926, los grandes Juegos polideportivos de todo el continente americano no se aprobaron hasta 1942 y, debido a la guerra, no se concretaron hasta 1951.
Se le otorgaron a la Argentina peronista, que tenía un gran nivel deportivo como demostró superando a EE.UU. en el medallero final polideportivo: 150 por 95 medallas (68 oros por 44) gracias a su dominio en boxeo, tiro, esgrima, remo, lucha, polo y fútbol (sólo en 1991 Cuba romperá en La Habana el liderato de EE.UU. en la competición). El general-presidente y su popular esposa Eva inauguraron los Juegos el 25 de febrero con la presencia de más de 2.500 atletas de 21 delegaciones.
Los estadounidenses dominaron en hombres.
La presencia de la gran potencia atlética mundial planteaba la duda de si los demás países podrían romper el monopolio de los chicos del tío Sam. En el estadio del River EE.UU. se llevó 14 de los 24 títulos masculinos en juego pero sólo tres de los seis femeninos. La anfitriona Argentina ganó cinco oros masculinos y dos femeninos y Chile tres (uno y dos). Se llevaron uno Brasil, Colombia, Perú y Ecuador. Cuatro países más (Jamaica, Guatemala, México y Panamá) subieron al podio completando el grupo de once países con medallas. Los estadounidenses dominaron el medio fondo y el fondo, las vallas altas y el steeple, los dos relevos, los 10km marcha, todos los saltos excepto el Triple y los lanzamientos de peso y disco. Su gran figura fue el maravilloso Mal Whitfield, campeón olímpico de 800 y 4x400 (y bronce en los 400), que aquí sumó los tres títulos (en 800 hubo triplete USA). Browning Ross se impuso en los 1.500 y Curt Stone en los 10.000 y ambos fueron declarados ganadores ex aequo de los 3.000m obstáculos (cruzaron la meta de la mano) en una polémica decisión. El recordman mundial Dick Attlesey dominó los 110m vallas y los yanquis se impusieron en los dos relevos.
Fortún y McKenley, cara y cruz del sprint caribeño.
El jamaicano Herb McKenley era el favorito para las pruebas de velocidad pero, lejos de su mejor forma, acabó tercero en los 100, los 200 y los 400m. Por contra, el hombre que batió a los universitarios USA fue el cubano Rafael Fortún que se impuso a Art Bragg tanto en los 100 como en los 200m (parece ser que al regresar a Cuba perdió su trabajo por ausentarse). El colombiano Jaime Aparicio se impuso en los 400 vallas y el local Ricardo Bralo fue el único en resistir a los estadounidenses en el fondo con su oro en 5.000 y su plata en 10.000m. El judío berlinés (emigrado a EE.UU.) Henry Laskau se impuso en los 10 km marcha y el argentino Sixto Ibáñez dominó los 50.
Richards, Ferreira y Fuchs brillaron en los concursos.
Si los EE.UU. dominaron sin brillo los saltos de altura (Virgil Severns) y longitud (Gaylord Bryan), en los otros saltos hubo vencedores brillantes (dos futuros dobles campeones olímpicos). El reverendo Bob Richards se impuso en la pértiga con gran ventaja (4,50) y en Triple el brasileño Adhemar Ferreira da Silva -primer hombre que había superado los 16m- batió a su compatriota Hélio Coutinho da Silva. La otra gran figura fue el recordman mundial de peso Jim Fuchs, que se impuso tanto en el peso como en el disco. Los argentinos Ricardo Héber y Emilio Ortiz se impusieron en jabalina y martillo y el chileno Hernán Figueroa se llevó una combinada de poco nivel.
Reparto de medallas entre las mujeres.
En la categoría femenina las chicas USA sólo pudieron llevarse un tercio de los nueve títulos en juego ya que Jean Patton venció en los 200m y lideró el relevo pero fue derrotada sorprendentemente por la peruana Lucía Sánchez en los 100m. La otra victoria yanqui fue la de Amelia Bert en la jabalina. Las ganadoras chilenas fueron Eliana Gaete en las vallas y Betty Kretschmer en longitud. La argentina Ingebord Mello se impuso en peso y disco y la ecuatoriana Jacinta Sandiford metió a su país en el medallero con su victoria en un concurso de altura en el que las seis primeras saltaron 1,45m.
La apoteósis del maratón.
Miles de bonaerenses se agolparon en las calles para aplaudir a los maratonianos ya que se esperaba una victoria de Argentina, que presentaba al campeón olímpico Delfo Cabrera. Éste y su compatriota Reinaldo Gorno (futuro subcampeón olímpico en Helsinki) dominaron la prueba, entrando en el estadio del River en medio de una atronadora ovación. El guatemalteco Luis Velasquez impidió el triplete local relegando al argentino Luis Lagoa a la cuarta plaza.
En Buenos Aires echó a andar la gran competición de las Américas. Si hoy ha perdido parte de su repercusión por la multiplicación de competiciones de todos los deportes, se puede decir que fue muy importante en los años sesenta y setenta ya que permitía a los mejores atletas de las Américas medirse al coloso del Norte.
Se le otorgaron a la Argentina peronista, que tenía un gran nivel deportivo como demostró superando a EE.UU. en el medallero final polideportivo: 150 por 95 medallas (68 oros por 44) gracias a su dominio en boxeo, tiro, esgrima, remo, lucha, polo y fútbol (sólo en 1991 Cuba romperá en La Habana el liderato de EE.UU. en la competición). El general-presidente y su popular esposa Eva inauguraron los Juegos el 25 de febrero con la presencia de más de 2.500 atletas de 21 delegaciones.
Los estadounidenses dominaron en hombres.
La presencia de la gran potencia atlética mundial planteaba la duda de si los demás países podrían romper el monopolio de los chicos del tío Sam. En el estadio del River EE.UU. se llevó 14 de los 24 títulos masculinos en juego pero sólo tres de los seis femeninos. La anfitriona Argentina ganó cinco oros masculinos y dos femeninos y Chile tres (uno y dos). Se llevaron uno Brasil, Colombia, Perú y Ecuador. Cuatro países más (Jamaica, Guatemala, México y Panamá) subieron al podio completando el grupo de once países con medallas.
Fortún y McKenley, cara y cruz del sprint caribeño.
El jamaicano Herb McKenley era el favorito para las pruebas de velocidad pero, lejos de su mejor forma, acabó tercero en los 100, los 200 y los 400m. Por contra, el hombre que batió a los universitarios USA fue el cubano Rafael Fortún que se impuso a Art Bragg tanto en los 100 como en los 200m (parece ser que al regresar a Cuba perdió su trabajo por ausentarse). El colombiano Jaime Aparicio se impuso en los 400 vallas y el local Ricardo Bralo fue el único en resistir a los estadounidenses en el fondo con su oro en 5.000 y su plata en 10.000m. El judío berlinés (emigrado a EE.UU.) Henry Laskau se impuso en los 10 km marcha y el argentino Sixto Ibáñez dominó los 50.
Richards, Ferreira y Fuchs brillaron en los concursos.
Si los EE.UU. dominaron sin brillo los saltos de altura (Virgil Severns) y longitud (Gaylord Bryan), en los otros saltos hubo vencedores brillantes (dos futuros dobles campeones olímpicos). El reverendo Bob Richards se impuso en la pértiga con gran ventaja (4,50) y en Triple el brasileño Adhemar Ferreira da Silva -primer hombre que había superado los 16m- batió a su compatriota Hélio Coutinho da Silva. La otra gran figura fue el recordman mundial de peso Jim Fuchs, que se impuso tanto en el peso como en el disco. Los argentinos Ricardo Héber y Emilio Ortiz se impusieron en jabalina y martillo y el chileno Hernán Figueroa se llevó una combinada de poco nivel.
Reparto de medallas entre las mujeres.
En la categoría femenina las chicas USA sólo pudieron llevarse un tercio de los nueve títulos en juego ya que Jean Patton venció en los 200m y lideró el relevo pero fue derrotada sorprendentemente por la peruana Lucía Sánchez en los 100m. La otra victoria yanqui fue la de Amelia Bert en la jabalina. Las ganadoras chilenas fueron Eliana Gaete en las vallas y Betty Kretschmer en longitud. La argentina Ingebord Mello se impuso en peso y disco y la ecuatoriana Jacinta Sandiford metió a su país en el medallero con su victoria en un concurso de altura en el que las seis primeras saltaron 1,45m.
La apoteósis del maratón.
Miles de bonaerenses se agolparon en las calles para aplaudir a los maratonianos ya que se esperaba una victoria de Argentina, que presentaba al campeón olímpico Delfo Cabrera. Éste y su compatriota Reinaldo Gorno (futuro subcampeón olímpico en Helsinki) dominaron la prueba, entrando en el estadio del River en medio de una atronadora ovación. El guatemalteco Luis Velasquez impidió el triplete local relegando al argentino Luis Lagoa a la cuarta plaza.
En Buenos Aires echó a andar la gran competición de las Américas. Si hoy ha perdido parte de su repercusión por la multiplicación de competiciones de todos los deportes, se puede decir que fue muy importante en los años sesenta y setenta ya que permitía a los mejores atletas de las Américas medirse al coloso del Norte.
17 de mayo de 2011
50.000 visitas.
50.000 entradas en el blog.
Hace poco más de dos años, el 13 de marzo de 2009 nació este Blog de "antigüedades" (de hecho el título debía haber sido algo así como El atletismo de antaño).En esos dos años (y dos meses) se ha abierto esta ventana electrónica más de 50.000 veces, es decir, una media de unas 63 diarias, para echar un vistazo a las 225 entradas (una media de dos por semana, aunque si consideramos algunas semanas sin producción, son realmente tres).
Deseo daros las gracias a todas y todos los que dedicáis unos minutos a leer estas evocaciones de la historia y la leyenda del deporte y apreciáis las viejas fotografías y, de forma especial a los 70 seguidores suscritos al Blog y a aquéllos que le dedicáis de tanto en tanto un comentario (ya sabéis como ayudan a los blogeros).
Dijo Nietzsche que hablar demasiado de uno mismo podía ser una forma de ocultarse (aquí ya nos ocultamos de salida bajo el alias de Paul Martin), pero me gustaría pensar con Michel de Montaigne que "La palabra es mitad de quien habla y mitad de quien la escucha".
¡Muchas gracias!
16 de mayo de 2011
En la muerte de Samuel Wanjiru: la maldición del maratón olímpico.
La triste noticia de la desaparición del campeón olímpico de maratón Samuel Kamau Wanjiru (24 años), sin duda uno de los mayores talentos de esta generación, me ha hecho recordar la trágica muerte de algunos de los hombres que ganaron esa medalla de oro. Como hay numerosas fuentes en las que rememorar el magnífico palmarés del keniata, he pensado en recordar esos dramas, y me gustaría hacerlo sin morbo.
El Ouafi asesinado por la independencia de Argelia.
El argelino Ahmed Boughéra El Ouafi fue el primer campeón olímpico africano (no consideramos tales a los atletas de etnia europea de la racista Unión Sudafricana) y lo fue ganando contra pronóstico el maratón de Amsterdam en 1928. Obrero de la Renault, dejó el trabajo para exhibirse como profesional. Después perdió sus ahorros al ser estafado por un socio del bar que compró y cayó en la miseria. Enfermo y sin ingresos, el diario L´Équipe promovió una suscripción entre sus lectores en 1956 (al ganar Alain Mimoun, otro franco-argelino, el maratón olímpico). El 10 de abril de 1959 miembros del FLN (Front de Libération Nationale) ametrallaron a los clientes de un bar de Saint-Denis matando, entre otros, al campeón. No se sabe si la represalia iba contra la propietaria del establecimiento por no pagar el "impuesto revolucionario" o contra él por no apoyar públicamente la independencia argelina. Tenía 60 años.
El último homenaje de Delfo Cabrera.
Es bien conocido que el santafesino Delfo Cabrera se proclamó campeón olímpico a los 29 años, en su primera carrera reglamentaria de maratón. Posteriormente fue campeón panamericano (1951) y 6º en Helsinki-52 (pese a correr más rápido que en Londres). Hombre cercano a Perón, cayó en desgracia tras la caída del general, aunque años después fue rehabilitado. Murió el 2 de agosto de 1981 de resultas de las lesiones sufridas en un accidente de automóvil cuando regresaba a su casa tras un homenaje que le habían dedicado en la ciudad de Lincoln. Tenía 61 años.
La leyenda de Abebe Bikila.
No hay aquí espacio para glosar la epopeya de Abebe Bikila, ese modesto pastor abisinio que se enroló en la guardia imperial del Negus y acabó cruzando descalzo el Arco de Constantino 25 años después de la invasión de su país por la Italia fascista. Su leyenda creció con su segunda victoria en Tokio y se quebró con la lesión y las operaciones que le obligaron a abandonar en México-68. Unos meses después, la noche del 22 de marzo de 1969, quedó atrapado en la carrocería de su Volkswagen escarabajo toda la noche, siendo rescatado al día siguiente con la columna fracturada. Trasladado a Londres en el avión del propio Hailé Selassié, salva la vida pero queda paralítico. Se dedica al tiro con arco y es invitado a los Juegos de Munich dónde pasea en silla de ruedas su modestia y dignidad. Muere de una hemorragia cerebral el 25 de octubre de 1973, con 41 años. Más de 65.000 etíopes asisten a su funeral.
Mamo Wolde, de héroe a villano.
Militar, Demisse "Mamo" Wolde estuvo en misiones de la ONU en Corea y el Congo, participando entre medias en los Juegos de 1956 en 800, 1.500m y ¡4x400! Ausente en Roma, fue 4º en los 10.000m de Tokio y abandonó en el maratón ganado por Bikila. Cuatro años después fue plata en los 10.000 antes de suceder a su compatriota y aún logró el bronce en el maratón de Munich. Fue detenido en 1993 acusado de haber participado en el asesinato de un muchacho durante la dictadura marxista de Mengistu (que había derrocado al Negus). Fue excarcelado en 1999 y murió por una enfermedad hepática el 26 de mayo de 2002, tenía 69 años.
Otros pasajes de la vida de los campeones nos recuerdan la dureza en que se forjaron la mayoría de ellos, como el pastor Spiridon Louis, los emigrantes Michel Théato, Thomas Hicks o Kenneth McArthur o el joven coreano Son Ki-chong, que tuvo que correr para el imperio ocupante de su país (y aún hoy figura como japonés en el palmarés). Tal vez una de las vidas más duras es la de Josia Thugwane, abandonado por sus padres y trabajando desde los 9 años en una granja de la Sudáfrica del apartheid hasta que se fugó para meterse en una mina, dónde descubrió el atletismo (más bien el dinero que podía ganar en él). Fue tiroteado en un atraco meses antes de los Juegos de Atlanta. Tras su victoria olímpica denunció otras extorsiones a él y su familia (y aprendió a leer, ya que era analfabeto).
Pero tampoco hay que olvidar que muchos de ellos mejoraron su vida gracias a su talento atlético, empezando por el pastor Spiridon Louis que obtuvo, además de homenajes y regalos, la concesión de la traída de aguas a Atenas desde el manantial de Maroussi.
El Ouafi asesinado por la independencia de Argelia.
El argelino Ahmed Boughéra El Ouafi fue el primer campeón olímpico africano (no consideramos tales a los atletas de etnia europea de la racista Unión Sudafricana) y lo fue ganando contra pronóstico el maratón de Amsterdam en 1928. Obrero de la Renault, dejó el trabajo para exhibirse como profesional. Después perdió sus ahorros al ser estafado por un socio del bar que compró y cayó en la miseria. Enfermo y sin ingresos, el diario L´Équipe promovió una suscripción entre sus lectores en 1956 (al ganar Alain Mimoun, otro franco-argelino, el maratón olímpico). El 10 de abril de 1959 miembros del FLN (Front de Libération Nationale) ametrallaron a los clientes de un bar de Saint-Denis matando, entre otros, al campeón. No se sabe si la represalia iba contra la propietaria del establecimiento por no pagar el "impuesto revolucionario" o contra él por no apoyar públicamente la independencia argelina. Tenía 60 años.
El último homenaje de Delfo Cabrera.
Es bien conocido que el santafesino Delfo Cabrera se proclamó campeón olímpico a los 29 años, en su primera carrera reglamentaria de maratón. Posteriormente fue campeón panamericano (1951) y 6º en Helsinki-52 (pese a correr más rápido que en Londres). Hombre cercano a Perón, cayó en desgracia tras la caída del general, aunque años después fue rehabilitado. Murió el 2 de agosto de 1981 de resultas de las lesiones sufridas en un accidente de automóvil cuando regresaba a su casa tras un homenaje que le habían dedicado en la ciudad de Lincoln. Tenía 61 años.
La leyenda de Abebe Bikila.
No hay aquí espacio para glosar la epopeya de Abebe Bikila, ese modesto pastor abisinio que se enroló en la guardia imperial del Negus y acabó cruzando descalzo el Arco de Constantino 25 años después de la invasión de su país por la Italia fascista. Su leyenda creció con su segunda victoria en Tokio y se quebró con la lesión y las operaciones que le obligaron a abandonar en México-68. Unos meses después, la noche del 22 de marzo de 1969, quedó atrapado en la carrocería de su Volkswagen escarabajo toda la noche, siendo rescatado al día siguiente con la columna fracturada. Trasladado a Londres en el avión del propio Hailé Selassié, salva la vida pero queda paralítico. Se dedica al tiro con arco y es invitado a los Juegos de Munich dónde pasea en silla de ruedas su modestia y dignidad. Muere de una hemorragia cerebral el 25 de octubre de 1973, con 41 años. Más de 65.000 etíopes asisten a su funeral.
Mamo Wolde, de héroe a villano.
Militar, Demisse "Mamo" Wolde estuvo en misiones de la ONU en Corea y el Congo, participando entre medias en los Juegos de 1956 en 800, 1.500m y ¡4x400! Ausente en Roma, fue 4º en los 10.000m de Tokio y abandonó en el maratón ganado por Bikila. Cuatro años después fue plata en los 10.000 antes de suceder a su compatriota y aún logró el bronce en el maratón de Munich. Fue detenido en 1993 acusado de haber participado en el asesinato de un muchacho durante la dictadura marxista de Mengistu (que había derrocado al Negus). Fue excarcelado en 1999 y murió por una enfermedad hepática el 26 de mayo de 2002, tenía 69 años.
Otros pasajes de la vida de los campeones nos recuerdan la dureza en que se forjaron la mayoría de ellos, como el pastor Spiridon Louis, los emigrantes Michel Théato, Thomas Hicks o Kenneth McArthur o el joven coreano Son Ki-chong, que tuvo que correr para el imperio ocupante de su país (y aún hoy figura como japonés en el palmarés). Tal vez una de las vidas más duras es la de Josia Thugwane, abandonado por sus padres y trabajando desde los 9 años en una granja de la Sudáfrica del apartheid hasta que se fugó para meterse en una mina, dónde descubrió el atletismo (más bien el dinero que podía ganar en él). Fue tiroteado en un atraco meses antes de los Juegos de Atlanta. Tras su victoria olímpica denunció otras extorsiones a él y su familia (y aprendió a leer, ya que era analfabeto).
Pero tampoco hay que olvidar que muchos de ellos mejoraron su vida gracias a su talento atlético, empezando por el pastor Spiridon Louis que obtuvo, además de homenajes y regalos, la concesión de la traída de aguas a Atenas desde el manantial de Maroussi.
14 de mayo de 2011
Milkha Singh, el león del Punjab.
En estos días en que está en el candelero el estado de Pakistán (y su carácter), nos acordamos del mejor atleta nacido en el actual estado pakistaní, el sikh Milkha Singh, cuya lucha frente a la adversidad es un compendio de la historia de la antigua "perla de la corona" británica.
Los Singh.
El apelativo Singh, extendidísimo en la península indostánica y en la diáspora, es compartido por millones de indios, pero los sikhs lo portan casi universalmente como una suerte de sobrenombre distintivo de su fe; en sánscrito singh significa león (las mujeres usan Kaur, princesa). Los sikhs (o sijs) son una secta religiosa que agrupa a más de 25 millones de personas, la mayoría de ellas (20 millones) en el Punjab indio. El rechazo de los sijes al sistema de castas se refleja en que prefieren evitar el uso del apellido, ligado a la identificación de las castas, utilizando sólo su nombre seguido de Singh o Kaur.
Ello implica que cientos de atletas indios se "apellidan" Singh, la mayoría de ellos reconocibles por el pelo largo (no deben cortarlo) recogido por un turbante o por el khanga, un pequeño peine ceremonial. Entre todos ellos destacó a finales de los años 50´ Milkha Singh, el mejor atleta masculino de la historia del subcontinente indio.
La trágica partición de la India.
Milkha nació en la ciudad panyabi de Lyallpur (hoy Faisalabad) el 17 de octubre de 1935. Tenía once años cuando se proclamó la independencia de la India y la segregación del Pakistán (15 agosto 1947), que dejó su región en el estado musulmán de Pakistán. Se calcula que unos doce millones de personas se vieron obligados a trasladarse, los musulmanes de la nueva Unión India hacia Pakistán, y los hindúes y sikhs en sentido inverso. Esta deportación masiva se hizo en medio de gran violencia, masacres y suicidios colectivos. Sus padres, pertenecientes a una familia de terratenientes, fueron asesinados delante de Milkha, que fue acogido en el Punjab indio y vivió de forma muy modesta durante su adolescencia.
El león del Punjab derrotó al Imperio.
Rechazado por el ejército, se matriculó en Ingeniería mecánica en 1952 y allí su talento fue detectado por el que sería su entrenador, Havildar Gurdev Singh. Con 20 años fue seleccionado para los Juegos Olímpicos de Melbourne donde cayó a las primeras de cambio en 200 y 400m. Decidió entonces someterse a un entrenamiento intensivo (cinco horas diarias) y desde 1957 acaparó títulos indios de 100, 200 y 400m (hasta 1961). En los Juegos Asiáticos de 1958 en Tokio se impuso en los 200m al pakistaní Abdul Khaliq, considerado el hombre más veloz de Asia (además de doble campeón asiático de 100m había sido semifinalista olímpico de 100 y 200m en Melbourne, cuarto en ambas semifinales). Luego ganó los 400m sin problemas.
En los Juegos del Imperio celebrados en Cardiff se impuso en la final de las 440 yardas corrida el 24 de julio obteniendo el único oro atlético de la India en este certamen durante el siglo XX. Pese a ir por la calle 6, sin referencias, batió con 46.71 al sudafricano Mal Spence (46.90), al canadiense Terry Tobacco y a los ingleses John Salisbury y John Wrighton (que unas semanas después dominarían el campeonato de Europa). La India fue quinta en el relevo 4x440y ganado por Sudáfrica ante Inglaterra y Jamaica. En 1959 fue distinguido con el premio Padma Shri, una de las más importantes distinciones civiles de su país.
La decepción de Roma.
En los años siguientes Milkha Singh se mantuvo prácticamente imbatido logrando triunfos notables como el campeonato de la AAA inglesa batiendo al joven Robbie Brightwell y otros sobre atletas americanos o el franco-senegalés Abdou Sèye. Era, por tanto, uno de los favoritos para las medallas en vísperas de los Juegos.
En la capital italiana corrió con prudencia las difernetes eliminatorias, ya que había tres rondas previas a la final (serie y cuartos en un día y semifinal la víspera de la final). Sólo el americano Otis Davis y el alemán Carl Kaufmann parecían superiores al atleta sikh. De hecho, estos dos atletas se jugaron el oro en un emocionántisimo final en el que batieron el RM (44.9 manuales), siendo el título para el americano por una centésima. Tras ellos y por la calle 5 Singh salió demasiado prudente y cruzó por los 300m en quinta posición (33.4). Aunque remontó en la recta final, no pudo colmatar las 3/10 que le llevaba el sudafricano Spence que le privó del ansiado bronce por 1/10. Sus 45.6 (45.73) permanecieron como record indio hasta 1998 pero ese fue el día más amargo del león Milkha que siempre se reprochó haber errado la distribución de su esfuerzo. Hasta 1984 fue el atleta de la Unión India que más cerca había quedado del podio hasta que la vallista P. T. Usha quedó a 1/100 en la final de 400m vallas de 1984.
El sikh volador.
Tras esa decepción Milkha quiso abandonar el deporte pero finalmente volvió a ponerse las zapatillas de clavos. En 1962 acudió a los Juegos Asiáticos en Yakarta y se impuso en los 400m (46.95) ante su compatriota Makhan Singh. Los indios remataron el campeonato con el oro en el relevo largo. Pese a tener muchas reticencias aceptó correr en 1962 en su Pakistán natal frente al ídolo local Abdul Khaliq, al que batió. Ello le valió el apelativo del Sikh volador por parte del entonces presidente de Pakistán, el general (y dictador) Ayub Khan, un apodo que le quedó para siempre en su país.
Aún acudió a sus terceros JJ.OO. corriendo sin releive el relevo en Tokio-64. Tras su retirada fue Director de deportes del estado del Punjab hasta su jubilación. Su hijo Jeev Milkha Singh es jugador profesional de golf, habiéndose impuesto en trece torneos, tres de ellos del Circuíto Europeo como el Volvo Masters de Sotogrande en 2006. Se anuncia el rodaje de una película sobre su vida: Bhaag Milkha Bhaag (Corre Milka, corre) a cargo de Rakeysh Mehra (Bollywood es la primera productora mundial de películas).
Los Singh.
El apelativo Singh, extendidísimo en la península indostánica y en la diáspora, es compartido por millones de indios, pero los sikhs lo portan casi universalmente como una suerte de sobrenombre distintivo de su fe; en sánscrito singh significa león (las mujeres usan Kaur, princesa). Los sikhs (o sijs) son una secta religiosa que agrupa a más de 25 millones de personas, la mayoría de ellas (20 millones) en el Punjab indio. El rechazo de los sijes al sistema de castas se refleja en que prefieren evitar el uso del apellido, ligado a la identificación de las castas, utilizando sólo su nombre seguido de Singh o Kaur.
Ello implica que cientos de atletas indios se "apellidan" Singh, la mayoría de ellos reconocibles por el pelo largo (no deben cortarlo) recogido por un turbante o por el khanga, un pequeño peine ceremonial. Entre todos ellos destacó a finales de los años 50´ Milkha Singh, el mejor atleta masculino de la historia del subcontinente indio.
La trágica partición de la India.
Milkha nació en la ciudad panyabi de Lyallpur (hoy Faisalabad) el 17 de octubre de 1935. Tenía once años cuando se proclamó la independencia de la India y la segregación del Pakistán (15 agosto 1947), que dejó su región en el estado musulmán de Pakistán. Se calcula que unos doce millones de personas se vieron obligados a trasladarse, los musulmanes de la nueva Unión India hacia Pakistán, y los hindúes y sikhs en sentido inverso. Esta deportación masiva se hizo en medio de gran violencia, masacres y suicidios colectivos. Sus padres, pertenecientes a una familia de terratenientes, fueron asesinados delante de Milkha, que fue acogido en el Punjab indio y vivió de forma muy modesta durante su adolescencia.
El león del Punjab derrotó al Imperio.
Rechazado por el ejército, se matriculó en Ingeniería mecánica en 1952 y allí su talento fue detectado por el que sería su entrenador, Havildar Gurdev Singh. Con 20 años fue seleccionado para los Juegos Olímpicos de Melbourne donde cayó a las primeras de cambio en 200 y 400m. Decidió entonces someterse a un entrenamiento intensivo (cinco horas diarias) y desde 1957 acaparó títulos indios de 100, 200 y 400m (hasta 1961). En los Juegos Asiáticos de 1958 en Tokio se impuso en los 200m al pakistaní Abdul Khaliq, considerado el hombre más veloz de Asia (además de doble campeón asiático de 100m había sido semifinalista olímpico de 100 y 200m en Melbourne, cuarto en ambas semifinales). Luego ganó los 400m sin problemas.
En los Juegos del Imperio celebrados en Cardiff se impuso en la final de las 440 yardas corrida el 24 de julio obteniendo el único oro atlético de la India en este certamen durante el siglo XX. Pese a ir por la calle 6, sin referencias, batió con 46.71 al sudafricano Mal Spence (46.90), al canadiense Terry Tobacco y a los ingleses John Salisbury y John Wrighton (que unas semanas después dominarían el campeonato de Europa). La India fue quinta en el relevo 4x440y ganado por Sudáfrica ante Inglaterra y Jamaica. En 1959 fue distinguido con el premio Padma Shri, una de las más importantes distinciones civiles de su país.
La decepción de Roma.
En los años siguientes Milkha Singh se mantuvo prácticamente imbatido logrando triunfos notables como el campeonato de la AAA inglesa batiendo al joven Robbie Brightwell y otros sobre atletas americanos o el franco-senegalés Abdou Sèye. Era, por tanto, uno de los favoritos para las medallas en vísperas de los Juegos.
En la capital italiana corrió con prudencia las difernetes eliminatorias, ya que había tres rondas previas a la final (serie y cuartos en un día y semifinal la víspera de la final). Sólo el americano Otis Davis y el alemán Carl Kaufmann parecían superiores al atleta sikh. De hecho, estos dos atletas se jugaron el oro en un emocionántisimo final en el que batieron el RM (44.9 manuales), siendo el título para el americano por una centésima. Tras ellos y por la calle 5 Singh salió demasiado prudente y cruzó por los 300m en quinta posición (33.4). Aunque remontó en la recta final, no pudo colmatar las 3/10 que le llevaba el sudafricano Spence que le privó del ansiado bronce por 1/10. Sus 45.6 (45.73) permanecieron como record indio hasta 1998 pero ese fue el día más amargo del león Milkha que siempre se reprochó haber errado la distribución de su esfuerzo. Hasta 1984 fue el atleta de la Unión India que más cerca había quedado del podio hasta que la vallista P. T. Usha quedó a 1/100 en la final de 400m vallas de 1984.
El sikh volador.
Tras esa decepción Milkha quiso abandonar el deporte pero finalmente volvió a ponerse las zapatillas de clavos. En 1962 acudió a los Juegos Asiáticos en Yakarta y se impuso en los 400m (46.95) ante su compatriota Makhan Singh. Los indios remataron el campeonato con el oro en el relevo largo. Pese a tener muchas reticencias aceptó correr en 1962 en su Pakistán natal frente al ídolo local Abdul Khaliq, al que batió. Ello le valió el apelativo del Sikh volador por parte del entonces presidente de Pakistán, el general (y dictador) Ayub Khan, un apodo que le quedó para siempre en su país.
Aún acudió a sus terceros JJ.OO. corriendo sin releive el relevo en Tokio-64. Tras su retirada fue Director de deportes del estado del Punjab hasta su jubilación. Su hijo Jeev Milkha Singh es jugador profesional de golf, habiéndose impuesto en trece torneos, tres de ellos del Circuíto Europeo como el Volvo Masters de Sotogrande en 2006. Se anuncia el rodaje de una película sobre su vida: Bhaag Milkha Bhaag (Corre Milka, corre) a cargo de Rakeysh Mehra (Bollywood es la primera productora mundial de películas).
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10 de mayo de 2011
Hace 90 años: los inicios del atletismo femenino.
Tras unos días de interrupción, retomamos el Blog. Gracias por vuestro seguimiento.
Alice Milliat y los inicios del atletismo femenino.
Y la mujer que cambió las cosas fue Alice Milliat -nacida Alice Joséphine Marie Million- (1884-1957). Esta obstinada francesa había practicado varios deportes (especialmente remo cuando vivía en Inglaterra), había viajado por EE.UU. y hablaba varias lenguas. Su obsesión fue obtener el reconocimiento de las federaciones deportivas y del C.O.I. para el estatuto deportivo de las mujeres. En 1915 fue elegida Presidenta del Femina Club (uno de los más importantes clubs franceses femeninos). En 1917 entró como Tesorera en la Fédération Française Sportive Féminine, accediendo un año después a la Secretaría General, y en 1919 fue elegida Presidenta de la Fédération des Societés Fémines Sportives de France (FSFSF).
En 1920 presentó la primera petición al C.O.I. para la ampliación del programa femenino de los JJ.OO., que fue denegada. Repitió el gesto todos los años.
En marzo de 1921 organizó en Montecarlo el primer meeting de atletismo femenino (en 1923 hubo una segunda edición) y en octubre montó una segunda reunión en París. el 2 de noviembre de 1921 fundó la Fédération Sportive Féminine Internationale (FSFI) con cinco países: Francia, reino Unido, EE.UU., Checoslovaquia y ¡España! (urge una ampliación a esto de Fernando Arrechea). Un año después organizó en París los llamados "Juegos Olímpicos Femeninos", cuya segunda edición tendría lugar en Gotemburgo en 1926, aunque por presión del C.O.I. tuvo que rebautizarlos como Juegos Mundiales de la FSFI. En 1928 las mujeres fueron admitidas en las competiciones de atletismo de los Juegos (con sólo cinco pruebas) pero la FSFI siguió organizando sus Juegos Mundiales hasta 1934. En 1936 en Berlín la FSFI y la Milliat se integraron en la IAAF y dos años después se disolvía la FSFI. Alice Milliat fue apartada pronto de sus responsabilidades pero su obra la convierte en una mujer excepcional. Falleció en 1957 en París y sus restos descansan en su Nantes natal.
La primera reunión atlética femenina (24-31 marzo 1921).
En realidad la de Montecarlo fue algo más que una reunión atlética ya que hubo pruebas de varios deportes (natación, baloncesto), exhibiciones gimnásticas y otros eventos. Participaron deportistas de Francia y Gran Bretaña (la mayoría), Suiza, Noruega e Italia. Se calcula que unas 300 en total y unas 55 en las 11 pruebas atléticas.
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Seguro que al bueno de Pierre Frédy, Barón (de Coubertin) en una República sin nobles, le horrorizaba la mera idea de imaginarse a unas señoritas ligeras de ropa compitiendo en un estadio: "el deporte femenino no es práctico ni interesante ni estético, además de incorrecto". Durante años él y sus sesudos compañeros del C.O.I. estuvieron mirando hacia otro lado (¡ya dejaban a las damas jugar al lawn-tennis y hasta nadar en "sus" Juegos Olímpicos renovados!) cuando algunas mujeres reclamaban su derecho a competir.Alice Milliat y los inicios del atletismo femenino.
Y la mujer que cambió las cosas fue Alice Milliat -nacida Alice Joséphine Marie Million- (1884-1957). Esta obstinada francesa había practicado varios deportes (especialmente remo cuando vivía en Inglaterra), había viajado por EE.UU. y hablaba varias lenguas. Su obsesión fue obtener el reconocimiento de las federaciones deportivas y del C.O.I. para el estatuto deportivo de las mujeres. En 1915 fue elegida Presidenta del Femina Club (uno de los más importantes clubs franceses femeninos). En 1917 entró como Tesorera en la Fédération Française Sportive Féminine, accediendo un año después a la Secretaría General, y en 1919 fue elegida Presidenta de la Fédération des Societés Fémines Sportives de France (FSFSF).
En 1920 presentó la primera petición al C.O.I. para la ampliación del programa femenino de los JJ.OO., que fue denegada. Repitió el gesto todos los años.
En marzo de 1921 organizó en Montecarlo el primer meeting de atletismo femenino (en 1923 hubo una segunda edición) y en octubre montó una segunda reunión en París. el 2 de noviembre de 1921 fundó la Fédération Sportive Féminine Internationale (FSFI) con cinco países: Francia, reino Unido, EE.UU., Checoslovaquia y ¡España! (urge una ampliación a esto de Fernando Arrechea). Un año después organizó en París los llamados "Juegos Olímpicos Femeninos", cuya segunda edición tendría lugar en Gotemburgo en 1926, aunque por presión del C.O.I. tuvo que rebautizarlos como Juegos Mundiales de la FSFI. En 1928 las mujeres fueron admitidas en las competiciones de atletismo de los Juegos (con sólo cinco pruebas) pero la FSFI siguió organizando sus Juegos Mundiales hasta 1934. En 1936 en Berlín la FSFI y la Milliat se integraron en la IAAF y dos años después se disolvía la FSFI. Alice Milliat fue apartada pronto de sus responsabilidades pero su obra la convierte en una mujer excepcional. Falleció en 1957 en París y sus restos descansan en su Nantes natal.
La primera reunión atlética femenina (24-31 marzo 1921).
En realidad la de Montecarlo fue algo más que una reunión atlética ya que hubo pruebas de varios deportes (natación, baloncesto), exhibiciones gimnásticas y otros eventos. Participaron deportistas de Francia y Gran Bretaña (la mayoría), Suiza, Noruega e Italia. Se calcula que unas 300 en total y unas 55 en las 11 pruebas atléticas.
La gran estrella fue la inglesa de 27 años Mary Lines que se impuso en los 60m (8.0 en semis), en los 250m (36.3/5) y en el salto de Longitud (4,70m). Con sus compañeras se llevó otros dos oros en los relevos 4x75m y 4x175m y, además, fue 2ª en los 800m. Otra inglesa destacada fue Hilda Hatt, ganadora de la Altura empatada con la francesa Frédérique Kusel (1,40m), y segunda en Longitud tras su compañera Lines, además de formar parte de los relevos.
La francesa Violette Morris se impuso en los lanzamientos de peso (16,29) y jabalina (41,53), ambos a dos manos. Simone Melly se impuso en los 65m vallas, Germaine Delapierre en los 74m vallas (sic) y Lucie Bréard en los 800m con nuevo RM (2:30.1/5). La mejor suiza fue Francesca Pianzola, segunda en peso y jabalina.
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