30 de abril de 2010

Reyes sin corona olímpica: los 400m masculinos

Reyes sin corona hasta la segunda Guerra Mundial.
Tal vez la única prueba que tuvo como vencedor en Atenas al mejor del año 1896 fue la de los 400m. Se llevó ese primer título olímpico Thomas Burke, líder mundial del año (48.4/5 en 440 yardas) y campeón de la AAU. Lo mismo ocurrió en 1900 en París donde se impuso Maxey Long que dos meses después estableció un gran record mundial de 440y (47.4/5) que duraría hasta 1912. En las ediciones siguientes ya es más discutible si fueron coronados los mejores.


St.Louis 1904 y Londres 1908 
John Taylor  (EE.UU.)
1882-1908

Este estudiante de Veterinaria en Pennsylvania tenía la segunda marca mundial de 1904 pero no acudió a St.Louis donde se impuso Hillman. Campeón de la AAU en 1907 y ganador de los Trials en 1908, se vio envuelto en la accidentada final de Londres. Su compañero Robbins y él se negaron a repetir la final tras la descalificación de su compañero Carpenter y el escocés Halswelle se colgó el oro corriendo sólo. Con todo, fue el primer atleta negro en ganar un oro olímpico al correr el relevo mixto (200+200+400+800m).
 

Berlín 1916
Ted Meredith  (EE.UU.)
1897-1957


Tras ganar el oro olímpico en los 800m (batiendo el RM), no pudo repetir en los 400m (pese a que era favorito al haber ganado los USA Trials) acabando 4º en una vibrante final en la que Reidpath estableció el RM métrico (48.2). Ganó otro oro conn el relevo 4x400 de EE.UU. Campeón de la AAU 1914-15, pulverizó el RM en 1916 (47.2/5 en 440y) -una marca que resistió hasta 1928- pero no hubo JJ.OO. ese año por la primera Guerra Mundial. Volvió a los JJ.OO. en 1920 pero cayó en semifinales de 400m.

Berlín 1916
Binga Dismond  (EE.UU.)
1891-1956

Este atleta negro igualó una semana después el RM de Ted Meredith en 440y (47.2/5) en Evanston. La marca fue homologada por la NCAA universitaria (Dismond estudiaba medicina) pero no por la AAU, según numerosos estudiosos (Carmen, Edwards) por motivos racistas (se alegó que la pista era 18 pulgadas corta). Dismond, que sirvió en el ejército hasta 1919, se instaló posteriormente en Haití donde, además de ejercer su profesión de radiólogo, publicó libros de poesía (en inglés).

Amsterdam 1928
Emerson Spencer  (EE.UU.)
1906-1985

En mayo de 1928 batió el RM (47.0) en la pista de su universidad de Stanford pero seis semanas después sólo acabó 5º en el Cto. de la AAU que servían se selección para los Juegos de Amsterdam, así que "Bud" no pudo correr la prueba individual que ganó Ray Barbuti. No obstante se llevó su medalla de oro con el relevo 4x400 de los EE.UU. batiendo el RM. Una semana después en Londres los americanos rebajaron de nuevo el RM pero sobre la distancia inglesa de 4x440y.

Los Angeles 1932
Ben Eastman  (EE.UU.)
1911-2002

Este californiano batió dos veces el RM de 440y en 1931-32 dejándolo en 46.4 (un segundo mejor que el anterior suyo) pero fue derrotado por su compatriota Bill Carr en la final olímpica de 400m (46.2 por 46.4). "Blazin Ben" Eastman nunca fue campeón olímpico ya que no corrió el relevo y, aunque tuvo los RM de 880y y 800m en 1932 y 1934, no disputó la prueba en Los Ángeles y no logró clasificarse para los Juegos de 1936.


Tokio 1940
Rudolf Harbig  (Alemania)
1913-1944

Este soldado sajón estableció en julio de 1939 un fabuloso RM de 800m (que duró hasta 1955) y un mes después en Frankfurt batió el de los 400m con 46.0, 1/10 menos que el del campeón olímpico de 1936 Archie Williams (el primer campeón olímpico negro). Harbig fue así el primer europeo en tener la plusmarca mundial "absoluta" (contando equivalencias en 440y) de los 400m. Pero la guerra provocada por su país impidió que hubiese juegos en 1940 y 1944 (aunque seguramente sólo habría corrido los 800m).

Tokio 1940 y Helsinki 1944
Grover Klemmer  (EE.UU.)
1921

Atleta polifacético que destacaba en basket y fútbol americano en su universidad de California, dominó el panorama USA del cuarto de milla en 1940-41 (dos títulos de la AAU). En 1941 igualó primero el RM de 440y de Eastman (46.4) y luego el de 400m de Harbig (46.0) batiendo en ambas ocasiones a lo más granado del sprint prolongado de su país: Hubie Kerns, Cliff Bourland, ... Siguió en activo hasta 1945 pero ya no llegó hasta Londres-1948.

27 de abril de 2010

La soledad del corredor de fondo: en la muerte de Alan Sillitoe.

No es este un blog literario pero no puedo resistirme a publicar unas líneas en recuerdo del escritor inglés Alan Sillitoe, fallecido el pasado domingo 25 de abril a los 82 años. Sillitoe es autor del que tal vez sea el mejor relato (literariamente hablando) relacionado con el atletismo, La soledad del corredor de fondo. Se trata de un relato corto, de unas 30 páginas, aunque en el libro del mismo título le acompañan otros con el mismo protagonista, el joven ratero Colin Smith.

La soledad del corredor de fondo (The Loneliness of the Long Distance Runner) es el segundo libro de Sillitoe, que entonces era un joven escritor y vivía en Mallorca.
Había nacido en 1928 en una familia obrera de Nottingham que rozaba la pobreza ("Vivíamos en una habitación en Talbot Street cuyas cuatro paredes olían a fuga de gas, grasa y capas de papel enmohecido"). Su padre, analfabeto, trabajaba en la fabrica de bicicletas "Raleigh" (muy unida al ciclismo deportivo) y maltrataba a la madre y a los hijos. Alan dejó la escuela a los 14 y trabajó en la fábrica antes de alistarse en la RAF. Fue destinado a Malasia donde enfermó de tuberculosis. Durante su larga convalecencia tomó gusto por la lectura y la escritura.
Tras ser licenciado (con una paga que le permitía sobrevivir), se unió a la poeta Ruth Fainlight y se fueron a vivir a Mallorca. Allí, el famoso escritor Robert Greaves ("Yo, Claudio") leyó sus escritos y le animó a publicar. Su primer libro fue Sábado por la noche y domingo por la mañana (Saturday Night and Sunday Morning), donde novelaba sus experiencias como joven obrero y sus borracheras y excesos de fin de semana. Con esa novela y La soledad del corredor de fondo pasó a ser considerado miembro del grupo de escritores llamado Angry Young Men (Jovenes airados) que ponía en solfa la Inglaterra post-victoriana y reflejaba el modo de vida de la clase obrera.
Ambos libros fueron trasladados al cine por dos jovenes directores del Free Cinema, Karel Reisz (1960) y Tony Richardson (1962), con el gran Albert Phinney en la primera y el muy creíble Tom Courtenay como el joven corredor de fondo.

La soledad del corredor de fondo es una obra escrita en primera persona y refleja con gran crudeza y sensibilidad la vida en el reformatorio de un aprendiz de delincuente con facultades atléticas. El papel del deporte en la sociedad inglesa y su diferente significado para las distintas clases sociales quedan reflejados con enorme realismo y culminan con el desafío del joven "airado" frente al autoritario director (interpretado en la película por Michael Redgrave).

No conozco mucha más obra de este escritor, sé que ha escrito teatro (una versión de "El alcalde Zalamea" ambientada en la guerra civil) y poesía y que ha traducido varias obras españolas al inglés. Que mientras vivió en España leyó la novela picaresca, a Baroja y a Blasco Ibáñez ("En España dejamos muy buenos amigos que ahora ya han ido envejeciendo y haciéndose un poco más ricos, porque cuando estuvimos allí la pobreza del país era muy evidente"). Que ha escrito una biografía conmovedora (Life Without Armour). Hay un artículo muy bien escrito de Juan Cruz en http://www.elpais.com/articulo/cultura/Allan/Sillitoe/esceptico/nostalgico/elpepicul/19760514elpepicul_3/Tes .

Como homenaje os recomiendo tanto el libro como la película.

22 de abril de 2010

Tomás Barris: el atleta que abrió las puertas de Europa

La trayectoria de Tomás Barris es un ejemplo para las generaciones actuales. Atesora las virtudes de un buen deportista: espíritu de superación, capacidad de sacrificio, talento, trabajo, disciplina. Deportista modélico, siempre ha destacado por ser un gran competidor y por su caballerosidad en el trato con todos. Tomás Barris se ha ganado el respeto y la admiración de todos y ostenta el título honorífico de leyenda del deporte español por su trayectoria deportiva y humana.
 Juan Antonio Samaranch

El fallecimiento de Juan Antonio Samaranch nos lleva a evocar uno de sus últimos actos públicos, el pasado 30 de enero, cuando presidió en el Museu Olímpic i del esport de Barcelona la presentación del libro sobre la trayectoria atlética (y parte de la otra) de nuestro admirado Tomás Barris.

"Tomás Barris. El atleta que abrió las puertas de Europa" es obra de los ejemplares estadísticos Ignacio Mansilla y José Luis Hernández y nos acerca a la fascinante peripecia vital y deportiva del primer atleta español que se codeo con la élite mundial en los grandes meetings de los años cincuenta, en un momento en que nuestros deportistas competían con bastantes complejos en el contexto internacional. A lo largo de 187 páginas plagadas de interesantes fotografías vemos desfilar quince años del atletismo español desde los Manuel Macías y Josep Molins hasta los Julio Gómez o Alberto Esteban pero también la importancia que tenían para nuestro deporte las pruebas de campo a través o la Jean Bouin y para su supervivencia las carreras de pollos de Aragón. Aprovecho la ocasión para recomendaroslos libros de José Antonio Adell y Celedonio García, antiguos atletas y corredores de pollos y hoy los más sabios eruditos -y los más amenos- sobre el atletismo popular... y muchos otros temas aragoneses. Además de sus muchos libros ("Pedestrismo en Aragón",...) podéis disfrutar de algunas pinceladas en el magnífico blog de Celedonio García, que tiene un apartado dedicado al atletismo aragonés y bastantes artículos en él dedicados a la historia de nuestro deporte en tierras aragonesas: http://celedoniogarcia.blogia.com/temas/atletismo-aragones.php ).

Pero volvamos a Tomás Barris. Y es que, además de su impecable trayectoria nacional (16 títulos absolutos entre los 800 y los 1.500m), don Tomás fue discípulo del finlandés Olli Virho y del alemán Woldemar Gerschler (el mítico entrenador de Rudolf Harbig, Josy Barthel y tantos campeones) y tuvo una inusual (para la España de la época) actividad en los estadios europeos (y Juan Antonio Samaranch no fue ajeno a ello). Así vemos desfilar por la galería fotográfica del libro -codo a codo con Tomás- a los Josy Barthel, Werner Lueg, Roger Möens, Stanislaw Jungwirth, Dan Waern, los "Olavi" finlandeses, Michel Jazy, Jean Wadoux y tantos otros.

A todos los que os interesa la historia (y la trastienda) del atletismo español no podéis dejar de leer este libro sobre la figura del gran atleta -y mejor persona- Tomás Barris al que podéis seguir y leer (es un corredor con mucho fondo vital y le queda cuerda para rato) en su página web: http://www.barris.org .

Tomás Barris. El atleta que abrió las puertas de Europa.
autores: Ignacio Mansilla y José Luis Hernández
edita:  AEEA (Asociación española de Estadísticos de Atletismo) con la colaboración de la RFEA y la Unió de Federaciosn Esportives de Catalunya
188 páginas (170x240mm) en español y catalán.
18 Euros (incluidos gastos de envío)
pedidos: estadistica@rfea.es
 

19 de abril de 2010

Razas inferiores y “negros”


Reproducimos -con permiso del autor- este cuadro sobre los Juegos Olímpicos de Berlín.

Los Juegos asignados a la capital del III Reich fueron los más grandiosos y mejor organizados que la historia había visto hasta ese momento pero, también, los más controvertidos por la creciente oposición de muchos colectivos a algunas políticas del gobierno de Hitler. La consolidación del régimen nazi se produjo tras la designación de Berlín como sede en 1931. Hitler fue nombrado canciller de Alemania en 1933 y firmó los decretos de Nüremberg, que privaban de su nacionalidad alemana a los judíos (y les vetaba algunas profesiones), en 1935. El presidente del C.O.I. Baillet-Latour tuvo que intervenir en varias ocasiones ante el cariz que tomaban los acontecimientos. Primero para evitar la destitución del Dr. Lewald (con antecedentes judíos) como presidente del Comité Olímpico alemán, luego llamando la atención a Hitler cuando se saltó la fórmula protocolaria en la inauguración de los Juegos de invierno, posteriormente amenazando con retirarle los Juegos si no se respetaba la Carta Olímpica (especialmente en la participación de judíos) y, finalmente, pidiendo al Führer que no recibiese a los vencedores en su palco (ya que el titular y organizador de los Juegos era el C.O.I.).

En el aspecto organizativo, el remozado Estadio Olímpico fue un marco colosal para el atletismo y, a diferencia del de Los Ángeles en 1932, se llenó todos los días. Numerosas organizaciones antifascistas y judías de todo el mundo propugnaron un boicot a estos juegos “nazis” pero exceptuando España, que no pudo acudir por la insurrección militar contra la República, todos los grandes países hicieron la vista gorda ante la exaltación nacional-socialista (como lo habían hecho ante las agresiones de Japón a China y de Italia a Etiopía, el rearme alemán o el apoyo de Alemania e Italia a Franco). El presidente del C.O. de EE.UU. Avery Brundage, conocido segregacionista (y filo-nazi según varios historiadores americanos), regresó de una visita preparatoria a Alemania loando la organización (y no tuvo inconveniente en apartar a algunos judíos del equipo como los sprinters Marty Glickman y Sam Stoller). Pese a algunas dificultades de financiación (dada la fuerza de las organizaciones judías en EE.UU.), los estadounidenses acudieron y arrastraron a los últimos indecisos. La mayoría de los judíos fueron apartados de los equipos alemanes de diferentes deportes –pese a que se convocó con gran publicidad a otros como Helene Mayer, campeona olímpica de esgrima en 1932 exiliada en EE.UU.-, y algunos deportistas de diferentes países declinaron su participación a título individual.

En las calles e instalaciones las banderas nazis ondearon junto a las olímpicas pero el pueblo alemán se mostró muy cordial con todos los competidores. Son conocidas las doctrinas raciales de los nazis que se tradujeron en la depuración de la mayoría de los deportistas judíos alemanes y en la calificación de “razas auxiliares” con que se denominaba a los atletas negros. En el equipo de EE.UU. se clasificaron nueve (los sprinters Jesse Owens, Ralph Metcalfe, Mack Robinson, Archie Williams y James Lu Valle, John Woodruff en 800m, el vallista Fred Pollard y los saltadores de altura Cornelius Johnson y Dave Albritton) -que sumaron doce medallas- y un indio, el maratoniano Ellison “Tarzán” Brown. Otros equipos como Canadá o Brasil presentaron también algunos atletas negros.

Mucho se ha escrito sobre lo mal que encajaron los jerarcas nazis las victorias de los “auxiliares negros” y sus reproches a los americanos por “usarlos” pero el pueblo alemán se mostró admirativo ante esos grandes campeones y les prodigó muestras de cariño en el estadio y en la calle. Así lo reflejó el campeón olímpico de 400m Archie Williams que, preguntado a su regreso por cómo le habían tratado esos “cochinos nazis”, respondió: “Al menos allí no tenía que subir en la parte trasera del autobús”. Williams fue instructor de pilotos en la 2ª Guerra Mundial... en un batallón negro segregado.
Y es que, más allá de sus proezas deportivas, la mayoría de los campeones negros no tenían una vida fácil en sus países, como escribió el campeón de 800m John Woodruff: “...oímos algo sobre el boicot pero nunca lo discutimos. No nos interesaba la política, sólo ir a Alemania y ganar. Era la primera vez que tomaba un barco ya que los negros veníamos de familias muy pobres, ninguno era rico ni siquiera de clase media(...). Gané para mí, primero, y para mi país. Fue una sensación especial ganar la medalla de oro siendo un negro. Destruímos su teoría de la raza superior lo que me hizo estar orgulloso, de mi, de mi raza y de mi país. (...) De vuelta de los Juegos teníamos que correr en un mítin en Annapolis, en la Academia Naval. Era campeón olímpico pero no me dejaron entrar por la discriminación racial. Eso me hizo recordar cuál era la situación ¡las cosas no habían cambiado!” (dos referencias audiovisuales son el monumental film Olympia de Lieni Riefenstahl (1938) y la mini-serie Jesse Owens story, un biopic en cuatro capítulos dirigido por Richard Irving en 1984).

Los canadienses, pernoctaron tras los Juegos en un hotel de Londres pero el propietario dijo que no podía admitir al quíntuple medallista y médico Phil Edwards. Éste era muy querido por sus compañeros (lo habían designado capitán del equipo de atletismo) que abandonaron todos el hotel al grito de “Si el hotel es demasiado bueno para el Dr. Phil, ¡es demasiado bueno para nosotros!”.

Enric Pla, 800 metros masculinos en los Juegos Olímpicos, Boletín AEEA nº 86 (marzo 2010) pág. 77


15 de abril de 2010

Reyes sin corona olímpica: los 200m masculinos (y 2)

Tras la contienda mundial encontramos en lo más alto del podio olímpico a algunos de los mejores de la historia: el hombre que batió el RM de Owens, Mel Patton, el primer recordman oficial según la IAAF, Andy Stanfield o el competitivo Robert Morrow. Pero no todos los grandes se coronaron con el laurel olímpico.

Melbourne 1956 y Roma 1960
Dave Sime (EE.UU.)
1936

Este larguirucho empezó a correr con casi 20 años en la universidad de Duke, donde jugaba al béisbol. En 1956 igualó el RM de 100y y batió el de 220y en recta (20.1) pero se lesionó y no pudo acurdir a los implacables Trials. Cuatro años después sólo se clasificó in extremis para los 100m (fue subcampeón tras Armin Hary) y la descalificación del equipo USA en la final le privó de su última oportunidad de oro. Nunca fue campeón ni de la NCAA ni de la AAU.

Roma 1960
Peter Radford (G.Bretaña)
1939

Este inglés rompió la barrera de 20.6 en curva que -en yardas o metros- era RM oficial desde 1951 (Andy Stanfield) y que habían igualado Baker, Morrow, Germar o Norton. Sin embargo, su fragilidad física hizo que rindiese mal en competiciones con varias rondas, brillando más en 100m (plata europea en 1958 y bronce olímpico) y relevos (dos oros de la Commonwealth, plata europea y bronce olímpico). En Roma cayó eliminado en una gran semifinal de 200m.

Roma 1960
Ray Norton  (EE.UU.)
1937

El mejor sprinter de los años 1958-60, bienio en el que fue doble campeón americano de 100 y 200m, triple campeón pan-americano en 1959 (100-200-4x100) y vencedor de los Trials olímpicos, además de igualar hasta 9 RM entre 100y, 100m, 200m y 220y. Era el gran favorito para Roma donde fracasó en toda la línea: tras ser último en las finales de 100 y 200m, un error suyo provocó la descalificación del relevo de EE.UU. Jugó brevemente al fútbol americano de forma profesional.

México 1968
John Carlos (EE.UU.)
1945

Un neoyorquino de talento inmenso que fue campeón pan-americano en 1967 y derrotó de forma clara a Tommie Smith en los Trials de 1968 convirtiéndose en el primer hombre en bajar de 20.0 (19.92 no homologados por usar zapatillas de 68 clavos llamadas de "cepillo"). Luego en México fue barrido por Smith (antes de que ambos protagonizasen la fotografiada protesta del black power). Fue líder mundial en 1969 y 1970 pero no llegó hasta los Juegos de Munich.

Barcelona 1992 y Atlanta 1996
Frankie Fredericks  (Namibia)
1967

Estuvo entre los tres primeros mundiales de los 200m desde 1991 a 1999, fue el primero en bajar de 20.0 en pista cubierta y es uno de los contados que batió a Michael Johnson. Coleccionó dos platas olímpicas y tres mundiales y fue una vez campeón mundial (1993) además de lograr títulos de la NCAA, de África, de la Commonwealth y de la Copa del Mundo. Un increíble Mike Marsh en 1992 y el legendario Michael Johnson en 1996 impidieron que diese a Namibia un título olímpico.

5 de abril de 2010

Cerrado por Vacaciones

Estoy de viaje esta semana.

Volveremos el 12 de abril.

2 de abril de 2010

Reyes sin corona olímpica: los 200m masculinos (1)

Como ya hicimos con los 100m, repasamos ahora la lista de aquellos campeones que no llegaron a coronarse en los 200m olímpicos. Algunos de los que pudieron haber alcanzado el oro de los 200m ya han sido citados en los 100m pero algunos fueron tan buenos corredores de 200m con curva que merecen repetir.
Los anglosajones corrían 220 yardas (201,17m) y los americanos lo hacan con frecuencia en línea recta, aunque dede la segunda Guerra Mundial fueron desapareciendo las pistas (el último record mundial oficial lo estableció Tommie Smith en 1966 con 19.5).
Esta prueba no se disputó en los primeros Juegos olímpicos (y tampoco en los Intermedios de 1906), haciendo su debut en París-1900. Así, no tuvieron oportunidad olímpica los dos mejores del siglo XIX, Bernie Wefers y James Maybury (aunque ninguno de ellos viajó hasta Atenas). Wefers -al que ya hemos aludido en la serie de los 100m- fue campeón de la AAU entre 1895-97 y universitario en 1896. Estableció en mayo de 1896, un mes después de los Juegos, un RM de 220y en línea recta (21.1/5) que no fue batido oficialmente hasta 1921 por Paddock. Jim Maybury, de la universidad de Wisconsin, le sucedió en el título USA en 1898. En 1897 había establecido un 21.2/5 en curva que fue RM hasta 1914.

200m lisos: hasta la Segunda Guerra Mundial.

En las cuatro primeras ediciones olímpicas (1900-12) ganaron cuatro atletas muy sólidos: Walter Tewksbury (1900) era campeón universitario USA y había igualado el RM de Wefers en recta: Archie Hahn (1904), primer atleta en lograr el doblete olímpico 100-200m, era el campeón de la AAU de 1903; el canadiense nacido en Irlanda Bobby Kerr (1908) igualó en dos ocasiones el RM en curva de Maybury; Ralph Craig (1912) ganó el título universitario de la IC4A de 220y en recta en 1910-11 igualando en ambas el RM de Wefers.

Berlín 1916 
Willie Applegarth  (G.Bretaña)
1890-1958

Campeón inglés de 100 y 220y hasta 1914, fue el mejor velocista europeo de principios de siglo. En Estocolmo no alcanzó la final de 100m (le batió Lippincott que estableció el RM) y se llevó el bronce en los 200 antes de llevarse el oro en el relevo corto. En 1914 -pese a ir por la calle 1- estableció un RM de 21.1/5 que fue RM hasta 1928 (y británico hasta 1958, año de su muerte). Al estallar la guerra pasó al profesionalismo en Australia y EE.UU. (los Juegos de Berlín nunca tuvieron lugar).

Amberes 1920 y París 1924
Charlie Paddock (EE.UU.)
1900-1943
Este sprinter texano fue el atleta más popular (participó en varios films de Hollywood) de su época. Heterodoxo y extrovertido, era famoso por su salto final de 3-4m. Acaparador de RM entre 100 y 300y, fue el primero en bajar de 21.0 (en recta). Campeón olímpico de 100m en 1920, fue 2º en 200m tanto en 1920 como en 1924 -pese a tener tres títulos de la AAU- batido por sus compatriotas Allen Woodring y Jackson Scholz. Al parecer en ambas ocasiones le perjudicó su salto final, menos rápido que avanzar el torso.

1932 Los Angeles
James Carlton  (Australia)
1909-1951

Líder mundial de 220y en 1931-32, vencedor del americano George Simpson en su gira austral, este australiano protagonizó de una increíbe hazaña en enero de 1932. En la pista oval de Sydney corrió las 220y en 20.5, marca tan fabulosa que los jueces no se atrevieron a homologarla "por viento excesivo", aunque según todos los testigos fue legal (no sería mejorada hasta 1963). No acudió a los Juegos, ya que cinco días después ingresó en el seminario, siendo ordenado sacerdote en 1939 (colgó los hábitos para casarse en 1945).

Tokio 1940, Helsinki 1944 y Londres 1948
Barney Ewell  (EE.UU.)
1918-1996

Este atleta de Pennsylvania brilló muchos años tanto en 100 (vd. http://historiatletismo.blogspot.com/2010/03/reyes-sin-corona-olimpica-los-100m.html) como en 200m. Sólo en 200m/220y suma 4 títulos universitarios y 3 de la AAU, fue líder mundial en 1939-40, 1942 y 1947 y batió o igualó tres RM. El último en los Trials olímpicos de 1948 cuando fue 2º tras Mel Patton, corriendo ambos en 20.7. Privado de Juegos en 1940 y 1944, se conformó en Londres-48 de la plata, como en los 100m.