22 de febrero de 2010

David Lelei "in memoriam"

El pasado miércoles 17 de febrero murió en accidente David Lelei. El antiguo atleta conducía el coche en el que viajaba también Moses Tanui y que chocó en la carretera entre Nairobi y Nakuru con un trailer. Según informan las autoridades del país, Tanui, que fue trasladado a nairobi, está fuera de peligro.

David Lelei no fue una gran figura pero representaba muy bien a esa clase media del atletismo keniata que en cualquier otro país habrían sido figuras pero a los que les costaba mantenerse dada la densidad y calidad del medio fondo en su país.

Su nombre completo era David Kimeli Lelei y había nacido el 10 de mayo de 1971 en el distrito de Uasin Gishu (cuyo hijo más célebre es el actual campeón olímpico de 1.500m Asbel Kiprop), en la provincia del Rift Walley cuya capital es Eldoret. Medía 1,76m por 60kg y empezó a destacar con más de 25 años.
En 1998 (27 años) “explotó” en los 1.500 del mitin de Stuttgart cuando, a la estela de sus compatriotas John Kibowen (3:30.76) y Noah Ngeny (3:31.01), marcó 3:31.53, su mejor marca de siempre.

Un año después logró clasificarse para los Mundiales de Sevilla y allí fue 7º en una inolvidable final ganada por Hicham El Guerrouj (3:27.65) por delante de Noah Ngeny (3:28.73) y Reyes Estévez (3:30.57). Pese a correr en 3:33.82 Lelei fue superado también por los españoles Fermín Cacho y Andres Díaz (que corrieron por debajo de 3:32.0) y por su compatriota Laban Rotich. Unas semanas después no pudo en la final de los Juegos Africanos organizados en Johannesburgo (altitud 1.775m) con el etíope Hailu Mekkonen, un gran talento que no llegó a concretar lo que prometía. En una final lenta el abisinio se impuso con 3:39.73 a Lelei y su compañero Fred Cheruiyot.
En marzo de 2000 corrió los 800m en Melbourne en 1:43.97 pero no logró plaza en el equipo de Kenia para los JJ.OO. australianos. Un año después lo intentó en el mundial indoor de Lisboa pero acabó 4º de la final de 800m ganada por Yuriy Borzakovskiy por delante del sudafricano blanco Johan Botha y del suizo André Bucher.

En los años siguientes lo encontramos corriendo reuniones del verano austral y haciendo de liebre en los grandes mítines europeos. Tras colgar las zapatillas fue directivo de la federación de atletismo en su distrito e intentó postularse para un acta de diputado en 2007, pero fue derrotado en las primarias. En el momento de su muerte era miembro de la estructura federativa keniata.

Sus marcas en el perfil de la IAAF: http://www.iaaf.org/athletes/biographies/letter=0/athcode=132070/index.html

La final de 1.500m de Sevilla-99

19 de febrero de 2010

El record europeo de 3.000m en pista cubierta.

El atleta leonés del FC Barcelona Sergio Sánchez se convirtió la semana pasada en Valencia en el tercer atleta español en batir el record europeo de 3.000m en pista cubierta. Aunque los records indoor no eran oficiales hasta 1987 (entonces se homologaron marcas anteriores aún vigentes), se conocen marcas desde el siglo XIX.

Primeras marcas conocidas.
Se atribuye al italiano Emilio Baffi una marca de 10.22.6 lograda en Milán en 1896 pero fue en los primeros años veinte cuando varios atletas alemanes bajaron de los nueve minutos (Dieckmann y Walpert: 8:52.0).  Los atletas americanos, que corrían con asiduidad bajo techo, realizaron marcas de más valor pero sobre 2 Millas y en la época no tomaban tiempos en los 3.000m en EE.UU.
Como referencia, el gran Paavo Nurmi tenía el record al aire libre con 8:27.8 (1923). Y fue el legendario "finlandés volador" el que puso al día el record indoor durante su gira americana de 1925. Nurmi fue cronometrado -de paso hacia distancias inglesas- en 8:26.8 en enero y en 8:26.4 dos meses después, ambas en carreras disputadas en Nueva York.
Pero la última palabra la tuvo su rival sueco Edvin Wide, un grandísimo atleta al que Nurmi y su compatriota Ville Ritola privaron de la gloria olímpica (acumuló una plata y cuatro bronces en 1924-28). Durante otra gira americana en 1927, el escandinavo marcó 8:22.4 en Filadelfia, una marca que sería record europeo durante 30 años (y mundial hasta 1954 cuando se le atribuyó un tiempo de paso de 8:17.7 al campeón olímpico de obstáculos Horace Ashenfelter).


El dominio de los alemanes.
En 1956 dos alemanes occidentales, Lawrenz y Lupfert, mejoraron la marca de Wide pero no la del americano (en la época el RM absoluto de Gordon Pirie era ya de 7:52.8). Pero en los años siguientes un cuarteto de atletas de la RDA le pegó un buen bocado a la marca. El primero fue el subcampeón olímpico de 1.500m Klaus Richtzenhain (8:16.4 en 1957). Un año después fue su compatriota Fritz Janke (será 4º en 5.000m en Roma-60) el que lo dejó en 8:09.4.
Pero la gran figura de esta distancia fue Siegfried Herrmann, el primero en bajar de los 8 minutos (7:58.7 en Berlín en 1959). El mediofondista de Turingia rebajó la marca europea y mundial otras tres veces, dejándola en 7:49.0 en 1966. Sin embargo, no brilló en la alta competición y en los I Juegos Europeos indoor celebrados ese mismo año en Dortmund fue batido por su compatriota del Oeste Harald Norpoth (7:56.0 por 7:57.2). El último atleta de la RDA que tuvo el record fue Bern Diessner, subcampeón europeo en sala en 1968, que marcó 7:47.8 en 1969. Sin embargo fue el británico Ricky Wilde el que cerró esa década de mejoras cuando ganó en Viena el título europeo de 1970 doblegando con 7:46.85 al alemán federal Norpoth y al gallego Javier Álvarez Salgado.

La leyenda de Puttemans.
El record del inglés se mantuvo en vigor hasta la gran temporada que Emiel Puttemans realizó en 1973. El belga, subcampeón olímpico de 10.000m y recordman mundial de 5.000, completó un sensacional invierno en 1973 batiendo dos veces el record, para dejarlo en 7:39.2 el 18 de febrero en Berlín (la ciudad donde más veces se ha establecido este record, diez), de paso hacia las 2 Millas. Unas semanas después fue un fácil campeón europeo en Rotterdam batiendo a su compatriota Polleunis. La marca de Puttemans fue RM hasta 1992 y europeo hasta 1995 (y sigue siendo hoy una marca de nivel continental). A nivel mundial la batió en Sevilla en febrero de 1992 con 7:37.31 Moses Kiptanui, que la mejoró en 1995 en la tierra de Puttemans, en Gante con 7:35.15 (entre medias Said Aouita marcó 7:36.66 no homologados por haber corrido el marroquí por debajo de la cuerda). A nivel continental, el campeón olímpico de 5.000m en Barcelona-92 Dieter Baumann la dejó en 1995 en 7:37.51 y es el último alemán en haber tenido este record que perteneció a un total de 12 atletas de ese país.

El record español.
Y fue en territorio alemán, en la ciudad de Stuttgart, donde Fermín Cacho se convirtió en 1996 en el primer español del palmarés al correr la distancia en 7:36.61 en una carrera en la que el fabuloso Haile Gebrselassie estableció un nuevo primado mundial con un asombroso crono de 7:30.72 (en esa carrera el destronado Baumann fue 4º tras un excelente Enrique Molina, 7:39.19).Dos años después en Karlsruhe el etíope sonriente rebajó la plusmarca mundial hasta 7:26.15 (por delante de Alberto García, 7:41.66) pero un mes después el keniata Daniel Komen estableció en Budapest el RM actualmente vigente (7:24.90).
El record continental de Cacho estuvo vigente hasta que en febrero de 2003 fue arrasada por el huracán Alberto García. El menudo corredor vallecano, que cumplía 32 años ese día, había batido ya el primado continental bajo techo de 5.000m y dejó el de 3.000 en 7:32.98 en Sevilla. Apenas un mes después, el madrileño dio positivo por ingestión de EPO y la IAAF lo suspendió por dos años pero el record siguió vigente hasta este año.
Como ya todos sabéis, Sergio Sánchez, pese a un  trabajo deficiente de las liebres, batió en medio segundo la marca de García el pasado 13 de febrero en Valencia.

Evolución del record europeo.

10:22.6    Emilio  Baffi                  ITA         Milán              19-01-1896
9:11.9      Richard Lauterbach    GER        Berlín              13-02-1922
9:09.5                      Gliech            GER        Berlín              09-12-1922
9:05.0      Willi Horlemann         GER        Leipzig           10-12-1922
8:52.0      Siegfried Dieckmann GER        Leipzig           10-12-1922
8:52.0      Hermann Walpert       GER        Berlín              09-12-1923
8:26.8+   Paavo  Nurmi                FIN         N. York           15-01-1925
8:26.4+   Paavo  Nurmi                FIN         N. York           12-03-1925
8:22.4+   Edvin  Wide                   SWE       Filadelfia        19-03-1927
8:18.8      Olaf  Lawrenz               RFA        Dortmund      05-02-1956
8:18.0      Stephan  Lupfert          RFA        Frankfurt        17-03-1956
8:16.4      Klaus  Richtzenhain   DDR       Dortmund      23-02-1957
8:09.4      Friedrich  Janke          DDR       Berlín              16-03-1958
7:58.7      Siegfried  Herrmann  DDR       Berlín              22-03-1959
7:58.6      Siegfried  Herrmann  DDR       Berlín              16-02-1964
7:53.2      Siegfried  Herrmann  DDR       Berlín              14-02-1965
7:49.0      Siegfried  Herrmann  DDR       Berlín              27-02-1966
7:47.8      Bernd  Diessner          DDR       Berlín              16-02-1969
7:46.85    Ricky  Wilde                GBR        Viena              15-03-1970
7:45.2      Emiel  Puttemans         BEL         Leiden            10-02-1973
7:39.2+   Emiel  Puttemans         BEL         Berlín              18-02-1973
7:37.51    Dieter  Baumann         GER        Karlsruhe       12-02-1995
7:36.61    Fermín  Cacho              ESP         Stuttgart        04-02-1996
7:32.98    Alberto  García            ESP         Sevilla            22-02-2003
7:32.41    Sergio  Sánchez           ESP         Valencia         13-02-2010

10 de febrero de 2010

Historia gráfica del atletismo: lanzamiento de peso (siglo XIX).

El de peso -heredero de los tradicionales lanzamientos con piedras- es el lanzamiento que tuvo un desarrollo más claro en el s. XIX. Toma su forma y nombre de los concursos de los soldados de artillería lanzando balas de cañón (en muchos idiomas se llama bala al artefacto).
Irlandeses y canadienses fueron pioneros de una especialidad que cuajó pronto en universidades británicas y americanas. Los irlandeses solían lanzar desde una plataforma cuadrada de 7 pies (2,13m) de lado. En EE.UU. se lanzaba en el interior de un círculo de 7 pies de diámetro.

La mayor figura del estilo irlandés (desde cuadrilátero) fue el fornido Denis Horgan (pasó de 75 a 108kg por 1,78m), 13 títulos de la AAA, 11 irlandeses y uno de la AAU americana en 1900. En 1894 fue el primero en pasar de 14m (14,16) y en 1897 lo mejoró 4 veces hasta dejarlo en 14,68 (siempre desde plataforma). Pero al bueno de Denis, emigrado a EE.UU., lo volveremos a encontrar en el siglo XX.

Sin embargo, el gran campeón del XIX fue el canadiense (hijo de escoceses) George Gray. Y es que, pese a que no pudo acudir nunca a los JJ.OO., este atleta relativamente ligero (85-90kg para 1,83m) acumuló 17 títulos canadienses, 10 de EE.UU. y uno de la AAA inglesa. Batió 8 veces el RM (desde círculo) entre 1888 y 1898 llevándolo desde 13,76 hasta 14,75m, marca que ya pervivió hasta el siglo XX. Fue proclamado campeón mundial al batir a los campeones de Inglaterra, Irlanda y EE.UU. y se retiró imbatido tras 17 años de competición con 188 medallas y trofeos en sus vitrinas.

Si Gray dominaba el escenario amateur tanto en Canadá como en EE.UU., en las competiciones universitarias dominaba William Hickok, un excelente jugador de fútbol americano de la universidad de Yale. "Wild Bill" ganó entre 1893 y 1895 tres títulos de la IC4A de peso y otros tres de martillo. En 1895 ganó también el de lanzamiento de peso de la AAU con un tiro de 13,10m pero su plusmarca personal fue de 14,02 de ese mismo año.

  Ni Horgan, ni Gray ni Bill Hickok acudieron a Atenas donde el primer título olímpico fue para Robert Garrett, hijo de un adinerado banquero que, no sólo se pagó su viaje, sino el de otros tres compañeros de la universidad de Princeton. Tras haber ganado el lanzamiento del disco, se impuso en el de peso con 11,22m (se lanzó desde un cuadrado pequeño). Las otras plazas de honor fueron para los griegos Miltiades Goukos (11,03) y Georgios Papasideris (10,36).



Aprovechando el poco nivel que había en Atenas, Bob Garrett se llevó otras dos medallas de plata en los saltos de altura y longitud pero era un buen lanzador: en 1897 fue campeón universitario IC4A y su mejor marca era de 13,14m. Volvería a los Juegos en 1900.

El mejor lanzador americano de finales de siglo fue el gigantón Richard Sheldon, de la universidad de Yale. Destacado jugador de football, fue campeón universitario en 1896. Un año después compitió en el campeonato de la AAA pero no pudo con el irlandés Horgan y acabó 2º. Fue campeón americano en 1898 y 1899 y también del peso de 56 libras en 1898 y de disco en 1899 y 1900. Su mejor marca del XIX fue de 14,02 (1899) pero la mejoraría en años posteriores.


Otro destacado futbolista americano, Josiah McCracken de Penn, brilló como lanzador universitario. En 1898 y 1899 fue campeón universitario de la IC4A tanto en peso como en martillo. Su plusmarca en peso fue 13,32m en 1898. Será olímpico en 1900. Doctor en medicina, fue misionero en China durante 50 años.

7 de febrero de 2010

Y el cielo cayó sobre la cabeza de Keino.

Reunión de estrellas africanas en Lagos.
Tras su debut en 1965 en Brazzaville, los segundos Juegos Africanos debían haberse disputado en Bamako, la capital de Mali, en 1969 pero el derrocamiento del gobierno de Mobido Keita hizo que no se pudiesen organizar hasta cuatro años después en Lagos, la capital de Nigeria. Entre ambas ediciones Africa había pasado de ser un continente inexistente en atletismo a ser una potencia con los mediofondistas y obstaculistas kenianos, los maratonianos etíopes, los corredores magrebíes e, incluso, saltadores y vallistas, como John Akii-Bua, campeón olímpico de 400m vallas. Además del ugandés, al estadio Surulere (costeado por la RFA) acudieron otros tres campeones olímpicos, Charles Asati (4x400), Kip Keino (1.500 y 3.000 obstáculos) y Mamo Wolde (maratón), y dos medallistas, Ben Jipcho y Miruts Yifter. De todos ellos, sin duda Kip Keino era el más célebre atleta del continente.

El "rey" Keino.
Huérfano desde joven y policía de profesión, Kipchoge Keino no fue el primer atleta de su país en ser campeón de la Commonwealth (lo fue en 1962 Seraphino Antao, de etnia india) ni olímpico (le precedió por unos días Naftali Temu) pero por su carisma se convirtió en el capitán del gran equipo keniata de finales de los primeros 70´. Doble campeón de la Commonwealth en 1966 (Milla y 3 Millas), tras su fabulosa victoria sobre Jim Ryun en México-68 había asumido el liderazgo de la pujante escuadra de Kenia que en Munich había ganado seis medallas en 400, 800, 1.500, 3.000 obstáculos y 4x400. El presidente Kenyatta lo exhortaba antes de cada gran cita y lo recibía con honores al regreso del equipo y sus compañeros -especialmente Ben Jipcho- se sacrificaban a la táctica que en cada carrera diseñaban para él los entrenadores kenianos.

Mazazo en Lagos.
Eran las ocho de una calurosa y húmeda tarde de enero cuando los apenas dos mil espectadores que se agolpaban en la tribuna del desierto estadio de Lagos se aprestaban a ver la final de los 1.500m. El compañero de Keino Mungai, el tunecino Guettaya y los etíopes Yohannis y Regassa parecían los aspirantes a las medallas, ya que nadie dudaba de la victoria del subcampeón olímpico, pese a sus 31 años. Los otros siete finalistas eran unos desconocidos llamados Abidoye (Nigeria), Ashaba (Uganda), Bayi (Tanzania), Billy (Ghana), Guémar (Argelia), Rosanaivo (Madagascar) y Sesay (S.Leona).
Cuando se dio la salida un atleta con camiseta blanca y pantalón verde salió disparado mientras Keino cerraba tranquilamente el grupo. Los pocos periodistas que estaban en la tribuna pensaron que era Mungai, haciendo el trabajo de forzar el ritmo de sus rivales para que Keino los rematase al final. El etíope Regassa salió del grupo en la tercera vuelta para acercarse al escapado que, al toque de campana, seguía a buen ritmo. Poco después saltó Keino, desbordó a Regassa y se acercó a un líder que no cedía. Fue entonces cuando los más avezados se dieron cuenta que llevaba unas rayas azules y negras en el pecho y que era el tanzano Filbert Bayi, un chaval de 19 años. En la última curva Keino recortó la ventaja de Bayi pero éste volvió a alargar la zancada en la recta final y ganó con 3:37.18 ante un Keino desfondado (3:39.5) que llegó más pendiente de impedir que el etíope Regassa (3:39.9) le pasase, que del vencedor.

Ha nacido una estrella.
Mientras Keino hace discretamente las maletas (se integrará poco después en la troupe de O´Hara, un manager que intentará poner en pie, sin éxito, un circuíto profesional), Bayi declara con ingenuidad a los periodistas que sus proyectos son "...batir el record mundial y ganar la medalla de oro en los Juegos de la Commonwealth de Christchurch en 1974..." (Miroir de l´Athlétisme, marzo 1973). Es el comienzo de la carrera del que fue uno de los más inolvidables campeones del medio fondo, no sólo por borrar a Jim Ryun del palmarés de los RM de los 1.500 y la Milla, sino especialmente por su modo valiente de correr desde la salida, sin preocuparse de sus rivales. Había nacido en Karatu, un poblado al pie del Kilimanjaro en el distrito de Arusha (en Arusha, el doctor Julius Nyerere, padre de la independencia tanzana y uno de los más destacados líderes del Movimiento de países No Alineados, hizo pública la carta social en la que se inspiró la política tanzana durante su presidencia de 24 años). Ingresó con 17 años en las fuerzas de defensa del pueblo, el ejército tanzano, y allí descubrieron sus dotes para el atletismo.
El boicot africano a los Juegos de Montreal-76 le privó de su gran oportunidad olímpica y, tras una malaria que contrajo poco después, ya nunca volvió a su mejor nivel. Todos los que lo han conocido nos han transmitido la imagen de un deportista ejemplar y un hombre sencillo e íntegro. Tras su retirada impulsó una fundación escolar (Filbert Bayi Schools) que fomenta la educación y el deporte en su país y se implica en la prevención del SIDA (http://www.filbertbayischools.com/).

4 de febrero de 2010

La pasión de un pueblo: la jabalina en Finlandia.

¿Cómo se explica que un país de apenas cinco millones de habitantes haya tenido -y tenga- tantos campeones en el lanzamiento de la jabalina? Que los finlandeses han usado los deportes como uno de los pilares de su personalidad colectiva desde su independencia del Imperio Ruso (y antes de ella), es indudable y su palmarés en la historia del atletismo está ahí para demostrarlo. Aunque, como en casi todas partes, los deportes colectivos mueven pasiones (sobre todo el hockey sobre hielo) y la pericia de sus pilotos de rallies es legendaria, el atletismo sigue siendo un deporte muy apreciado por los habitantes del país de los mil lagos. Hoy los míticos "finlandeses voladores" no tienen sucesores que puedan hacer frente a las armadas africanas pero Finlandia sigue presentando lanzadores de jabalina de primera línea.

Vikingos, hunos y lapones.
Pocas pruebas atléticas tienen origen fuera de las islas británicas y la jabalina es una de ellas. Si bien está documentada en la antigua Grecia, su práctica moderna se popularizó en Escandinavia. Algunos etnólogos atribuyen a los fineses (de etnia no escandinava)un origen relacionado con las tribus de Atila. Otros señalan el uso de las lanzas para cazar entre los lapones. Finalmente, en la vecina Suecia hay pruebas de jabalina ya documentadas desde el siglo XVIII.
Desde su acceso a la autonomía los finlandeses se impusieron un severo código de costumbres en el que el alcohol estaba prohibido y el deporte era un signo de identidad (de hecho, sus vecinos llamaban a los finlandeses los "espartanos del norte").

Los primeros finlandeses.
Finlandia debutó en los Juegos intermedios de 1906 en los que Venne Järvinen (padre de quien estáis suponiendo) fue 5º en la primera aparición de la jabalina, tras cuatro suecos. Ganó el gran Erik Lemming, el hombre que se llevó las dos primeras ediciones olímpicas (1908 y 1912). En Estocolmo derrotó al héroe finlandés Juho Saaristo pero éste encabezó el triplete de los aún súbditos de los zares en la prueba a dos manos (suma de un lanzamiento con cada brazo). En esa prueba Saaristo lanzó 61,00m, nuevo record olímpico que superaba la marca con la que Lemming había ganado la prueba simple (60,64).
Sin contar las medallas en esa prueba, Finlandia ha subido al podio en 15 de las 23 ediciones olímpicas, ha ganado el oro en 7 ocasiones y suma 21 de las 69 medallas otorgadas, casi un tercio del total ¡una verdera proeza para un país con esa demografía! El nivel femenino no es comparable al de los chicos pero las finlandesas han logrado un oro y dos platas olímpicas.

Dioses olímpicos.
Tras el pionero Saaristo, los finlandeses campeones olímpicos de jabalina han sido Jonni Myyrä (1920 y 1924), Matti Järvinen -hijo de Venne- (1932), Tapio Rautavaara (1948) -que fue en su país un popularísimo actor y cantante-, Pauli Nevala (1964), Arto Härkönen (1984) y Tapio Korjus (1988) y, entre las mujeres, Heli Rantanen (1996).
En los campeonatos mundiales Finlandia también ha ganado un tercio de los 12 celebrados con Seppo Räty (1987), Kimmo Kinnunen (1991), Aki Parviainen (1999) y Tero Pitkämaki (2007) e inauguraron el palmarés femenino con Tiina Lillak (1983).
Además Finlandia ha logrado cuatro entorchados europeos masculinos con Matti Järvinen (1934 y 1938), Toivo Hyytiäinen (1950) y Hannu Siitonen (1974) y uno femenino con Päivi Alafrantti (1990).
Por último, sin contar media docena de plusmarquistas oficiosos en el s.XIX, ocho finlandeses han tenido el record mundial en el siglo XX: los citados Juho Saaristo(1912) y Jonni Myyrä (1914-25), Eino Penttilä (1927), el incomparable Matti Järvinen (11 RM entre1930 y 1933), Yrjö Nikkänen (1938), Soni Nikkinen (1956), Jorma Kinnunen (1969) -padre del campeón mundial de 1991- y Seppo Räty (1991). En la parcela femenina lo tuvo Tiina Lillak (1982-83).