26 de marzo de 2010

Hace 37 años: el primer campeonato mundial de cross.

El próximo domingo 28 de marzo tendrá lugar en la localidad polaca de Bydgoszcz la 38ª edición del campeonato del mundo de campo a través (cross country). Nos parece una buena ocasión para recordar cómo fue la primera edición allá por el lejano año de 1973, cuando los africanos aún no dominaban la prueba.
 
El primer mundial de cross de la IAAF.
La Unión Internacional de Cross Country (ICCU) -que venía organizando el Cross de las Naciones cuyos orígenes se remontaban a 1903 (vd. en este blog http://historiatletismo.blogspot.com/2009/03/la-historia-del-cross-1.html y posteriores)- decidió en San Sebastián en 1971 transformar su prueba en un campeonato mundial bajo el paraguas de la IAAF. La primera edición fue confiada a Bélgica, una de las potencias del cross europeo (el belga Gaston Roelants fue el último campeón del "Naciones" y compartía con el inglés Jack Holden y el franco-argelino Alain Mimoun el record de cuatro victorias). Se disputó en el rápido hipódromo de Waregem (100 francos belgas la entrada) y, pese al pomposo título "Mundial" sólo 4 países nórdicos (Finlandia, URSS, Dinamarca y la RFA) se sumaron a los habituales del Cross de Naciones (EE.UU. sólo corrió en mujeres). Participaron 21 equipos (los británicos con cuatro: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte), 17 europeos más Marruecos, Túnez, Nueva Zelanda y los citados EE.UU. (actualmente participan entre 65 y 80 naciones).

La carrera senior masculina: otra plata para Mariano Haro.
El desarrollo de la prueba absoluta (11.980m en tres vueltas) fue bastante decepcionante para un público que esperaba más de los suyos (Roelants, el ascendente Willy Polleunis, el futuro campeón mundial Eric de Beck o el campeón de maratón Karel Lismont, ya que su gran figura del momento Emil Puttemans se decantó por la pista cubierta). Entre sus rivales se citaban nombres como los del palentino Mariano Haro -subcampeón del último cross de Naciones-, el neozelandés Rod Dixon -bronce olímpico en 1.500m el año anterior-, los finlandeses Tapio Kantanen (bronce olímpico de 3.000m obstáculos) y Pekka Päivärinta (8º en la misma final olímpica) y la siempre compacta armada inglesa (ganadora por equipos en los diez últimos cross de Naciones). También se recelaba de los debutantes soviéticos (siempre se recelaba de los soviéticos en los países de la OTAN) encabezados por Nikolay Sviridov.
El irlandés Neil Cusack (campeón de la NCAA), Mariano Haro, Willy Polleunis y el inglés Roger Clark dominaron los primeros compases interrumpidos por unos intrusos que se colaron en la carrera para protestar por la división de Irlanda en dos equipos (Ulster británico y república de Irlanda). La enérgica intervención de organizadores y policía perjudicó a varios corredores, entre ellos Haro que se tuvo que apartar 20m del circuito.
Tras el incidente, Polleunis marcó el ritmo para minar el final de Dixon al que los belgas temían especialmente (les había batido en su propio campeonato en 1971). El ritmo del belga hizo saltar el grupo en pedazos pero no pudo descolgar a Haro y Päivärinta. Cuando el dúo hispano-finlandés pasó a la ofensiva, el limburgués no pudo responder y Dixon, que se mantuvo unos kilómetros a una veintena de metros, tampoco pudo darles alcance. En el kilómetro final parecía que Mariano Haro se iba a hacer con la victoria cuando distanció en diez metros a Pekka Päivärinta  pero el hombre de la gorra apretó los dientes y recuperó la desventaja. Una pequeña rampa situada a 40 metros de meta cortó el ritmo de Haro y favoreció al obstaculista finés, mucho más alto, que se impuso por 1/10 en un apretado final. A 13 segundos Rod Dixon se adelantó por el bronce a un exhausto Polleunis que aún fue rebasado sobre la línea por Kantanen. Tras ellos, el inglés Clark, el toledano Juan Hidalgo, Roelants, Sviridov y el galo Noel Tijou completaron el top-10 (en el puesto 24º acabó un joven portugués llamado Carlos Lopes mientras su compatriota Fernando Mamede abandonó).
Los belgas (109 p) se impusieron por naciones ante la debutante URSS (119) y los all-blacks (136) siendo cuartos los finlandeses (180), quinta Inglaterra (181) y sexta España (260). El mejor equipo africano fue Túnez, 10º, y es que aún faltaban ocho años para el espectacular debut de Etiopía y Kenia en Madrid-81.
Pekka Päivärinta, tal vez el menos brillante de una gran generación finlandesa (la de Pekka Vasala, Juha Väätäinen, Lasse Viren, Tapio Kantanen, Martti Vainio, Karlo Maaninka,...), dio a un país de gloriosa tradición su único título mundial de cross (aunque a principios de siglo Hannes Kolehmainen y Paavo Nurmi fueron campeones olímpicos de cross). Para Mariano Haro fue la primera de sus tres medallas de plata consecutivas (sumadas a la que ya obtuvo en el último cross de Naciones).

Carrera Junior: de nuevo Haro segundo.
Sobre los 7 kilómetros de la carrera junior masculina (no había aún femenina) José Haro, hermano de Mariano, acabó también 2º, mejorando la plaza de su hermano mayor que había sido 3º en 1961. Ganó el escocés Jim Brown -ya 2º en 1972- y fue 3º el local Leon Schots, otro futuro campeón absoluto (1977). España (18 p) ganó el oro por equipos con José Luis Ruíz (2º), Fernando Cerrada (7º) y Celso Miramontes (11º) por delante de la Italia (22 p) de Franco Fava y Aldo Tomasini -el vencedor del último cross junior de Naciones- y de Inglaterra (24 p).

Paola Cacchi-Pigni inauguró el palmarés femenino.
Las mujeres disputaron ocho ediciones de un oficioso cross de naciones entre 1931 y 1957 pero desde 1967 participaban en una versión femenina más oficial. 75 mujeres de 16 países corrieron los 4 kilómetros cortos de este primer mundial oficial. La gran animadora de la prueba fue la inglesa Joyce Smith, ganadora del cross de naciones del año anterior, pero no pudo descolgar a Paola Cacchi. La italiana -bronce en 1.500m en Munich el año anterior- aceleró al final y distanció a la inglesa en más de 50m. Paola, con su apellido de soltera Pigni, había ganado el mundial oficioso de 1970. La corredora local Josée van Santberghe se llevó el bronce mientras decepcionó la americana Doris Brown, 15ª (había ganado 5 veces el cross de Naciones). En la clasificación final encontramos nombres como los de la finlandesa Nina Holmén (10ª), que será campeona europea de 3.000m, la futura campeona olímpica italiana Gabriella Dorio (13ª), la estadounidense Francie Larrieu (16ª) o la catalana de 17 años Carmen Valero (25º), una mujer que escribirá brillantes páginas en este certamen.
Por equipos las inglesas (40 p) dominaron a Finlandia (73) y los EE.UU. (90) siendo 4ª Italia (96) y 12ª España (192).

21 de marzo de 2010

Hace 50 años: el trágico destino de Roger Moens.

El hombre que borró a Harbig del palmarés.

Nacido en 1930 en la localidad flamenca de Erembodegen, este policía belga se inició como corredor de 400m. Eliminado en series de los Juegos de Helsinki, desde 1953 se decantó por los 800m bajo la dirección del mítico Woldemar Gerschler (padre del entrenamiento fraccionado, descubridor de Rudolf Harbig y entrenador de campeones como Josy Barthel o nuestro Tomás Barris).
En 1954 saltó al primer plano al ganar el campeonato belga en 1:47.5, la mejor marca de la historia tras el legendario RM de Rudolf Harbig (1:46.6 de 1939). Para que se comprenda su valor hay que señalar que ningún otro atleta había bajado de 1:48.0 (el campeón olímpico de 1948-52 Mal Whitfield logró en 1953 1:48.6 en 880 yardas, equivalentes a 1:47.9 sobre 800m). Pese a ser el claro favorito, falló estrepitosamente en la final del Europeo. Acabó 5º (1:47.8) en una carrera que revolucionó el ranking: ganó el húngaro Lajos Szentgali (1:47.1) por delante del belga Lucien De Muynck (que arrebató el RN a Moens con 1:47.3), el noruego Audun Boysen y el inglés Derek Johnson (1:47.4 ambos). Podéis consultar un excelente acercamiento de Miguel Villaseñor a esta carrera en la página http://www.rfea.es/aeea/rumbo_barcelona2010/info01_berna1954.htm .
Estimulado por ese fracaso, Moens se entrenó como un poseso y volvió en 1955 dispuesto a todo. Derrotó a Szentgali y al futuro campeón olímpico Tom Courtney y corrió en Stuttgart en 1:47.0. El 23 de junio batió el RM de 600m (1:16.9). Finalmente rompió la marca de Harbig el 3 de agosto de 1955 en la pista del Bislett. En Oslo encontró al hombre que le empujaría hasta sus últimas reservas (como Mario Lanzi con Harbig), el noruego Boysen. Hizo de liebre el local Finn Larsen (52.0 por los 400) y Moens apretó con fuerza en la recta opuesta pero Boysen remontó en la recta final, acabando a un metro del flamenco, que tuvo que apretar los dientes hasta la llegada para parar el crono en 1:45.7 por 1:45.9 de su rival. Unas semanas en Boulder (1.700m de altitud) Arnie Sowell había ganado el título de la AAU de 880y en 1:47.6 (equivalencia 1:46.9) por delante de Courtney (1:48.0).

Años de desengaños.
  
Moens aparecía como el favorito en el año olímpico de 1956 pese a que Courtney y Boysen habían corrido en 1:46.4.. En agosto lideró al cuarteto belga que batió el RM de 4x800m corriendo su posta en 1:46.3, pero poco después en Atenas, durante un entrenamiento, se lesionó gravemente en un pie. Impotente, tuvo que renunciar a una cita que había preparado con tenacidad. En las antípodas, en una pista barrida por el viento, Tom Courtney impuso su carcasa de cuatrocentista (1:47.3) por delante de Derek Johnson, Boysen y Sowell.
A guisa de consolación, el belga batirá a campeón y subcampeón olímpico el 31 de julio de 1957 en Oslo: Moens 1:46.0, Courtney 1:46.2 y Johnson 1:46.9. Y eso que en ese año el campeón olímpico había batido el RM de 880y (1:46.8) y corrió los 800m en 1:45.8, a 1/10 del RM del flamenco. Moens no acudió al campeonato de Europa de 1958 al ser declarado en rebeldía por su club y la federación belga (por sus caprichos y desavenencias con los federativos era apodado la Callas de las pistas). El mejor del año fue el joven australiano Herb Elliott, campeón del Imperio británico y autor de 1:47.3 sobre 880y (1:46.6). En 1959 volvió a dominar el ranking (1:47.5) hasta que el 20 de septiembre, en una frenética carrera celebrada en Colonia, Paul Schmidt (1:46.2) arrebató el record alemán a Harbig, por delante del polaco Stefan Lewandowski (1:46.5) y de Peter Adam (1:47.0). 

Última batalla y última derrota.
   
Con 30 años Roger Moens se preparaba para su última oportunidad de ser campeón olímpico. El citado Paul Schmidt y el jamaicano George Kerr (1:46.4 en junio) parecían sus rivales más peligrosos. Nadie contaba con un fornido neozelandés de 22 años, Peter Snell, que venía acreditado en 1:48.4. El pupilo de Arthur Lydiard fue mejorando su marca a lo largo de las rondas: 1:48.1 en primera ronda, 1:48.6 en cuartos (tras Moens) y 1:47.2 en semifinal (aventajando a Moens). El calendario, que obligó a cuatro carreras en tres días consecutivos (¡series y cuartos se corrieron el mismo día!), perjudicó al viejo campeón mientras dio alas al gladiador all-black.
Desde la salida de la final tomó la cabeza Christian Wägli, cuyo carácter ofensivo recordaba el de Boysen. El helvético pasó en 25.4 por los 200m y en 51.9 al toque de campana, aventajando en tres metros a Schmidt, Kerr, Snell y Möens ya que el joven Manfred Matuschewski (ese día cumplía 21 años) pagaba sus esfuerzos de días anteriores descolgándose. El suizo seguía en cabeza por los 600m (1:19.1) pero ya tenía a su espalda a Möens y el resto de favoritos. A falta de 100m el belga lanzó su ataque abriéndose a la calle 2, sorprendiendo a Kerr. Pero la respuesta no vino del caribeño sino del "kiwi" Snell, que se coló por dentro. Alcanzó a Möens, que se había abierto más para tapar la remontada de Kerr, y le superó en uno de los finales más dramáticos de esta prueba. Snell rompió el hilo en 1:46.3, nuevo record olímpico (y de la Commonwealth y Oceanía), un tiempo que mejoraba en más de dos segundos la marca con la que llegó a Roma.
Alargado sobre el césped, Roger Möens, con ese rostro que parecía sacado de un cuadro de Jan Brueghel, tardó en recuperarse de la decepción y lloró amargamente su derrota. Luego, se puso sus gafas oscuras y se marchó del estadio con la convicción de que el atletismo no le había correspondido todo lo que había sacrificado por él. La derrota de Roger Möens tenía mucho de injusticia olímpica con uno de los más grandes, pero los presentes no sabían aún que habían visto el nacimiento del que seguramente ha sido el más grande de esta prueba, un competidor con un instinto de killer que no tuvo Moens (ni han tenido otros grandes posteriores como Jim Ryun, Seb Coe o Wilson Kipketer).

Epílogo.
 
Policía de profesión, Roger Moens siguió ligado al atletismo como comentarista deportivo (entrevistó a Snell en Tokio y retransmitió en neerlandés el RM de Beamon en México). En su profesión llegó a ser comisario en jefe de la policía judicial belga. Los errores de investigación del escabroso caso del asesino de niñas Marc Dutroux y su fuga durante unas horas en 1998 le obligaron a dimitir de sus funciones.

15 de marzo de 2010

Reyes sin corona olímpica: los 100m masculinos (y 4)

Para acabar este primer capítulo de grandes atletas que no fueron campeones olímpicos de la "prueba reina", damos un repaso desde la década de los setenta hasta hoy, unos años en los que los diferentes boicots y las sospechas de dopaje se sumaron a los habituales problemas de lesiones o imprevistos.

Montreal 1976
Don Quarrie (Jamaica)
1951

Pese a obtener su primera selección olímpica en 1968 (no llegó a debutar) y participar aún en los de 1984 (plata en relevo), las lesiones no permitieron rendir bien en los Juegos a este pequeño atleta (1,73m/70kg). Primer extranjero en ganar el título de 100m de la AAU, triple campeón pan-americano y seis veces oro en los Commonwealth Games, es considerado un especialista de los 200m pese a que igualó en 1976 el RM manual de 100m (9.9) y se quedó en Montreal a 1/100 de Hasely Crawford y del título de 100m. Ganó su oro en los 200m de esa edición.

Montreal 1976
Steve Williams (EE.UU.)
1953

Este longilíneo velocista (1,91m) igualó los RM manuales de 100y (9.1), 220y (19.9) y hasta cuatro veces el de 100m (9.9) en los que llegó a marcar en 1975 9.8 -que solo eran 10.19 eléctricos-. Ya lesionado en vísperas de los Juegos de Munich, volvió a lesionarse en 1976. Un año después ganó los 100m de la primera Copa del Mundo (ocasión en la que también batió el RM de 4x100). Con todo, fue frecuentemente batido por Don Quarrie en las competiciones USA. Nuevas lesiones cortaron su camino otra vez en 1979.

Montreal 1976 y Moscú 1980
Silvio Leonard (Cuba)
1955

Sin haber cumplido los 20 años este camagüeño se convirtió en el primer atleta no estadounidense en bajar de los 10.0 manuales y fue campeón pan-americano batiendo a la armada USA y al futuro campeón olímpico Crawford. Lesionado, cayó en cuartos en Montreal. En 1977 corrió en 9.98 eléctricos y en 1979 volvió a ganar a los mejores estadounideneses en los pan-americanos. Sin embargo, no supo aprovechar la ausencia de los yanquis en Moscú siendo batido in extremis por el escocés Allan Wells (10.25 ambos). Muy castigado por las lesiones, se retiró poco después.

Los Angeles 1984 y Seúl 1988
Calvin Smith (EE.UU.)
1961

Aunque fue el hombre que batió el legendario RM (9.95) de Jim Hines en México-68 (9.93 también en altura), tuvo la mala suerte de coincidir con el extraordinario Carl Lewis, lo que le cerró el camino a los grandes podios. Pese a ser el plusmarquista mundial, no logró plaza individual para Los Ángeles-84, aunque fue oro y RM con el cuarteto USA de 4x100. Doble campeón mundial (1983 y 1987) de 200m, logró subir al podio olímpico de 1988 (bronce) tras la descalificación de Ben Johnson.

Barcelona 1992
Leroy Burrell (EE.UU.)
1967

Aunque se inició como saltador de longitud, este macizo atleta (1,83m/84kg) fue el sprinter más rápido de los 90´ pero un pésimo competidor que fracasó siempre en la gran competición. En 1991 batió el RM (9.90) pero fue batido por 1/100 en la final del Mundial por Lewis (9.87-9.88). En Barcelona-92, la única vez que se clasificó para los JJ.OO., sólo pudo acabar 5º. Tras no clasificarse para el Mundial de Stuttgart, en 1994 estableció un gran RM (9.85) pero tampoco pudo clasificarse para Atlanta-96. Sus únicas medallas de oro (mundial-91 y Juegos-92) las logró con el relevo.

Barcelona 1992 y Atlanta 1996
Frankie Fredericks (Namibia)
1967

Primer -y único- medallista olímpico de su país (emancipado en 1990), el hoy miembro del C.I.O. fue uno de los atletas mas regular de los 90´ pero siempre encontró a alguien delante en su camino hacia el oro olímpico. Doble medallista de plata en 100 y 200m en los Juegos de 1992 y 1996, sus verdugos en el hectómetro fueron Linford Christie y Donovan Bailey, dos atletas que empezaron a brillar ya mayores y protagonistas de algún problema con los controles. Fredericks, un atleta con una morfología y estilo muy naturales, logró su mejor victoria en los 200m del mundial de 1993.

Atenas 2004 y Pekín 2008
Asafa Powell (Jamaica)
1982
Este poderoso velocista fue el primer jamaicano en batir el RM de 100m (9.77 tres veces en 2005-06) pero demostró una gran fragilidad psícológica que le llevó a ser derrotado una y otra vez en mundiales y juegos olímpicos. Tras su decepcionante 5º puesto en 2004 y batir el RM en 2005 no acudió por lesión al mundial. Derrotado por Tyson Gay en el mundial de 2007, rebajó poco después su RM hasta 9.74. Desde 2008 quedó, como todos, sepultado por el huracán Bolt. Pero, a la estela de su compatriota, se llevó los oros olímpico y mundial con el relevo jamaicano.

Pekín 2008
Tyson Gay (EE.UU.)
1982

Este antiguo alumno de la Universidad de Arkansas es el mejor velocista de la historia... después de Usain Bolt. Campeón mundial de 100 y 200m en 2007, fue en 2008 el hombre más rápido -hasta entonces- sobre 100m (9.68 con +4,1m/s), pero sufrió el paso a los 100m de Bolt desde principios de 2008. Lesionado en Pekín, no pudo defender sus opciones que, tras lo visto, no habrían sido muchas, como quedó patente en el mundial de 2009. Con todo, bajó tres veces el RN de EE.UU. (9.77 en 2008, 9.71 y 9.69 en 2009) siendo el único hombre en bajar de 9.70... después de Bolt.

12 de marzo de 2010

Reyes sin corona olímpica: los 100m masculinos (3)

La Segunda Guerra Mundial interrumpió muchas carreras y frustró las esperanzas olímpicas de toda una generación. Tras el conflicto no todos pudieron volver al deporte. En la difícil postguerra los universitarios USA aprovecharon unas estructuras deportivas intactas y sólo el advenimiento de los primeros atletas caribeños puso en riesgo el monopolio de EE.UU. en el sprint mundial.

Helsinki 1944 y Londres 1948
Lloyd LaBeach (Panamá)
1923-1999

Estudiante en EE.UU., este panameño hijo de jamaicanos estuvo en el top-5 mundial de 1943 a 1950. Pese a igualar o superar 9 RM, sólo uno le fue homologado ya que la AAU no tramitó la mayoría de los expedientes (no era uno de ellos). En 1950 corrió los 100m en 10.1 en Guayaquil que tampoco fueron RM ya que la IAAF debía pensar que los jueces sudamericanos no eran fiables. Líder mundial en 1943, 1948 y 1950, en Londres se conformó con sendos bronces en 100 y 200m. Panamá tendría que esperar hasta 2008 para tener su campeón olímpico.

Melbourne 1956
Willie Williams (EE.UU.)
1931

Sprinter de pequeño formato, fue uno de los damnificados del implacable sistema de selección USA. Pese a que los JJ.OO. de Melbourne eran en noviembre, los Trials fueron en junio y él quedó eliminado. En agosto, en el Mundial militar celebrado en Berlín, corrió dos veces en 10.1 batiendo oficialmente el RM de Jesse Owens, pero ello no le valió para ir a Australia (Ira Murchison, 2º también con 10.1, sí se había clasificado). Mejor suerte tuvo su compatriota Leamon King que igualó el RM de Williams en octubre, ya que había sido 4º en los Trials y por lo menos formó parte del relevo de EE.UU. que ganó el oro.

Roma 1960
Harry Jerome (Canadá)
1940-1982

De una familia de sprinters (su abuelo fue olímpico en 1912 y su hermana Valerie en 1960), Harry Jerome tenía sólo 19 años cuando se convirtió en julio de 1960 en el segundo atleta de la historia en correr los 100m en 10.0, tres semanas después de Armin Hary. Sin embargo en Roma, tras haber ganado dos rondas, se rompió en semifinales dejando el campo libre al alemán aunque no es probable que hubiese podido con él, ya que Hary dominaba los nervios como nadie. Cuatro años después en Tokio nada pudo frente a Bob Hayes pero fue bronce y volvió a ser finalista en 1968.

Tokio 1964
Horacio Estévez (Venezuela)
1941-1996

Recordman mundial junior (10.3) y semifinalista olímpico con 19 años, en 1960, se convirtió en agosto de 1964 en el tercer hombre en correr en 10.0, pero una rotura fibrilar le impidió acudir a Tokio. Es difícil que hubiese inquietado a Bob Hayes pero una medalla hubiese estado a su alcance y habría mejorado un excelente relevo venezolano que, sin él, fue 6º en la final olímpica. Muy castigado por las lesiones durante toda su carrera, acudió muy disminuido a México-68 no logrando superar ni la primera ronda. Es el único venezolano que ha tenido un RM de atletismo.

México 1968
Paul Nash (Sudáfrica)
1947

Autor de cuatro cronos oficiales de 10.0 en 1968 (uno de ellos homologado como RM igualado), ganador en apenas cuatro temporadas de seis títulos sudafricanos y otros tantos de la AAA inglesa, no pudo acudir a México ya que Sudáfrica había sido excluida del movimiento olímpico por su régimen de apartheid. Su presencia hubiese provocado, por contra, el boicot de la mayoría de los atletas negros de EE.UU. (además de numerosos países africanos y del bloque soviético). Es el último plusmarquista mundial blanco del palmarés de los 100m.

Munich 1972
Eddie Hart (EE.UU.)
1949

Tras igualar, junto a Rey Robinson, el RM manual de 100m (9.9) en los Trials de 1972, protagonizó una de las anécdotas más rocambolescas de la historia olímpica. Un error de su entrenador hizo que Robinson y él llegasen tarde a sus carreras de Cuartos (su compañero Robert Taylor tuvo que correr la suya sin calentar). Hart se desquitó con una gran última posta en el relevo pero, vistas las prestaciones de Valery Borzov en Munich y la trayectoria anterior y posterior de ambos (Hart nunca fue campeón AAU) es temerario poner en duda -como hicieron los medios estadounidenses- el triunfo del soviético.

10 de marzo de 2010

Reyes sin corona olímpica: los 100m masculinos (2)

Tras la primera Guerra Mundial se reanudaron los Juegos Olímpicos en 1920 pero sin la presencia de los países que habían formado la Alianza de Imperios centrales (Alemania, Austria, Hungría, Turquía y Bulgaria). Las cuatro últimas volvieron en 1924 pero los franceses mantuvieron a Alemania como "no invitada" en París.

París 1924
Hubert Houben (Alemania)
1898-1956

Este pequeño atleta (1,69m/67kg) fue el mejor velocista europeo de los años 20. Entre 1922 y 1925 corrió oficialmente nueve veces en 10.5 (siete en 1924), igualando así el record europeo y siendo líder mundial en 1922, 1924 y 1925. No pudo acudir a Colombes donde el inglés Harold Abrahams (10.6) se impuso a la "armada USA" pero el alemán derroto tras los Juegos al plusmarquista mundial Charles Paddock y a su compatriota Loren Murchison, los dos finalistas olímpicos. Houben igualó el record mundial en 1927 y acudió ya con 30 años a los Juegos de Amsterdam en los que fue semifinalista.

Los Angeles 1932 y Berlín 1936
Ralph Metcalfe (EE.UU.)
1910-1978

"El expreso de Marquette" ha sido uno de los sprinters con más talento de la historia y seguramente mereció mejor suerte olímpica. Sumó 14 títulos NCAA o AAU en 100y/100m y 220y/200m entre 1932 a 1936  (además de 3 indoor) e igualó ocho veces el RM de 100m (10.3). Sin embargo fue declarado segundo frente a su compatriota Eddie Tolan en Los Ángeles, en la llegada más apretada de la historia (10.3 ambos). También derrotado en los 200m (perjudicado por una colocación errónea de las marcas de salida), nada pudo hacer en 1936 frente al nuevo prodigio Jesse Owens (aunque obtuvo al fin una medalla de oro en los relevos).

Tokio 1940 y Helsinki 1944
Harold Davis (EE.UU.)
1921-2007

Uno de los primeros discípulos de "Bud" Winter (que será mentor años después de Christos Papanikolau, Tommie Smith o Lee Evans), este atleta blanco apodado "el cometa californiano", dominó el panorama USA desde 1940 hasta 1943, cuando se alistó en los marines. Ganó siete títulos de la AAU de 100 y 200m y cuatro de la NCAA universitaria. Igualó los RM de Jesse Owens de 100y y 100m (10.2) y estableció una gran marca en 220y en línea recta (20.2). La suspensión de los Juegos en 1940 y 1944 le impidió luchar por el sueño olímpico. Tras la guerra intentó un come back pero se lesionó.

Helsinki 1944 y Londres 1948
Barney Ewell (EE.UU.)
1918-1996

Este tenaz velocista estuvo en primer plano mundial desde 1937 y ganó su primer título de la AAU en 1939. En los años siguientes, pese a Hal Davis y a pasar tres años en el frente bélico, ganó seis títulos de la AAU y diez universitarios (incluido uno en longitud). Tras las suspensiones olímpicas de 1940 y 1944, mantuvo su actividad hasta 1948 (30 años) para buscar un oro olímpico que le arrebataron sus compatriotas Harrison Dillard (100m) y Mel Patton (200m) -en ambas carreras fue 2º con la misma marca-. Finalmente fue oro en el 4x100 con un cuarteto USA que no lo merecía, ya que cambió fuera de zona (pero a ver quien le quitaba el oro a los yanquis tras haber liberado Europa).

4 de marzo de 2010

Reyes (y reinas) sin corona olímpica: los 100m masculinos (1)

Nota. 
Pido disculpas a mis lectores y amigos por esta semana de inactividad del Blog por motivos personales.
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Ahora que han acabado los Juegos de Invierno y que ya se ha confirmado que dos de los mejores saltadores de trampolín de la historia, el finlandés Janne Ahonen y el polaco Adam Malysz (entre los dos, 9 oros en los Mundiales y 6 Copas del Mundo con casi 90 victorias) nunca serán campeones olímpicos, me ha venido a la memoria la odisea de tantos grandes campeones de nuestro deporte -con Merlene Ottey a la cabeza- que nunca lograron la consagración olímpica.
Iniciamos aquí un recorrido sobre algunos de los más grandes atletas de la historia que nunca lograron la consagración olímpica. Empezamos por los 100m.

100m lisos: los pioneros hasta la Primera Guerra Mundial.

Atenas 1896
Bernie Wefers (EE.UU.)
1873-1957

Campeón de EE.UU. de 100 y 220 yardas tres veces consecutivas (1895-97), poseedor de los RM de ambas pruebas -con una marca excepcional en las 220y en recta de 21.1/5-, Bernie Wefers (1,83m/79k) fue sin duda el mejor sprinter de finales del s.XIX pero... no pudo acudir a los primeros JJ.OO. en Atenas. En ellos tampoco compitió el mejor europeo del momento, el inglés Charles Bradley (co-recordman de las 100y con 9.4/5) al que Wefers había derrotado en el famoso match entre N.York y Londres disputado en la ciudad norteamericana en septiembre de 1895. El primer campeón olímpico de 100m fue Thomas Burke, un especialista de 440 yardas que aprovechó la ausencia de verdaderos sprinters.

París 1900 y St.Louis 1904
Arthur Duffey (EE.UU.)
1879-1955

A los segundos JJ.OO. sí acudieron los sprinters americanos pero -a ojos de muchos especialistas- no se coronó el mejor. Atleta de formato reducido (1,70m-62kg), Arthur Duffey era campeón de 100y de la AAU desde 1899 y, de camino a París, también ganó el título de la AAA inglesa. Sin embargo, tras dominar las rondas previas, se rompió en la final olímpica cuando iba en cabeza y tuvo que asistir impotente a la victoria de su compatriota Frank Jarvis (10.4/5). En años siguientes Duffey acumuló triunfos en los campeonatos de EE.UU., Inglaterra, Irlanda y Australia -siempre sobre 100y- y en 1902 se convirtió en el primero en correr en 9.3/5. pero su enfrentamiento con el factotum de la AAU James Sullivan provocó en 1904 su descalificación "por profesional" (cuando era Sullivan el que tenía intereses comerciales con la firma de material deportivo Spalding). Ello le privó de una segunda oportunidad olímpica. Con un ensañamiento inaudito Sullivan logró además que el nombre de Duffey fuese borrado de los palmarés de títulos y records de la AAU.

Atenas 1906 y Londres 1908
Dan Kelly (EE.UU.)
1883-1920

Este atleta y saltador de Oregon no fue seleccionado para los Juegos "intermedios" de 1906 pero pocos meses después de su celebración batió en la misma jornada los RM de 100y (el primer 9.3/5 oficial) y 220y (21.1/5 con ligera curva). La hazaña tuvo lugar en Spokane. Kelly brilló más en longitud en los años siguientes ya que fue campeón de la AAU en 1907 y subcampeón olímpico en 1908. Fue el tercer atleta americano en saltar más de 24 pies (7,315m). En Londres los americanos perdieron por primera vez el oro olímpico del hectómetro a pies del sudafricano de 19 años Reggie Walker (10.8).

Estocolmo 1912
Howard Drew (EE.UU.)
1890-1957

Este atleta negro es el protagonista de una controvertida anécdota olímpica. Durante años se escribió que habría sido encerrado en los vestuarios por sus compañeros blancos antes de la final olímpica de 100m para la que se habían clasificado un sudafricano y 5 americanos, cuatro blancos y Drew. Seguros de la victoria de uno de ellos, los americanos no deseaban que fuese un negro el campeón. Los historiadores de EE.UU. rebaten esta leyenda y aseguran que Drew se lesionó en su semifinal. Lo cierto es que era el hombre de mejor palmarés y marcas de los que disputaron aquella olimpiada: fue campeón de la AAU de 100y en 1912-13 y de 220y en 1913 (y de 60y indoor) e igualó dos veces el RM de 100y (9.3/5) en 1913-14 y el de 220y en recta (21.1/5) en 1914. Pudo haber sido el primer atleta negro en ser campeón olímpico. Fue campeón Ralph Craig y EE.UU.copó el podio.
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Para saber más:
"Los 100 metros lisos en los Juegos Olímpicos" de Enric Plá (Boletín de la AEEA nº 74, noviembre 2005)