27 de enero de 2010

Tramposos de largo aliento: ganadores del maratón que no lo fueron (2).

1980: la ambición de Rosie Ruíz.

Los Juegos Olímpicos vivieron otros dos episodios de confusión, la muy conocida descalificación de Dorando Pietri en Londres y la entrada de un impostor en el estadio olímpico de Munich por delante de los primeros.

El escándalo de Londres.
La victoria del pequeño italiano Dorando Pietri en la primera maratón con la distancia oficial (42km y 195m) y su posterior descalificación configuran uno de los episodios más conocidos, no sólo de la historia del maratón, sino de toda la historia olímpica. La descalificación del italiano por las ayudas recibidas de los jueces en el estadio pone en evidencia la victoria cuatro años antes de Thomas Hicks, que recibió sin duda una ayuda (externa e interna) mucho más relevante. La medalla de oro recayó en el pequeño neoyorquino de origen irlandés Johnny Hayes. Menos conocida es la leyenda que circuló por algunas publicaciones de la época de que, en realidad, los Pietri eran dos gemelos que habrían corrido media maratón cada uno, un camelo de la prensa sensacionalista de la época (que el sensacionalismo deportivo no lo ha inventado el Larguero).

El impostor de Munich.
Los EE.UU. no volvieron a tener un campeón olímpico de maratón hasta 64 años más tarde, en Munich-72. Pero el tercer estadounidense en serlo no fue, como sus dos compatriotas anteriores (Hicks y Hayes), el primero en entrar en el estadio: un joven estudiante alemán llamado Norbert Sudhaus se metió en el circuíto cerca del recinto y penetró en cabeza en el estadio (nunca quedó claro si era una apuesta o una forma de protesta contra los gastos del evento). Cuando Frank Shorter entró en el estadio se vio sorprendido por los silbidos y abucheos que el público dedicaba al impostor (o a los que se lo llevaban). Lo que la mayor parte del público ignoraba era que el americano era un atleta... local, pues había nacido 25 años en la capital bávara, hijo de un médico militar destinado en Alemania (antes de él no habían nacido en el país por el que compitieron los campeones de 1900 Theato -luxemburgués por Francia-, 1904 Hicks -inglés por EE.UU.-, 1912 McArthur -irlandés por Sudáfrica-, 1928 El Ouafi -argelino por Francia-, 1936 Son -coreano por Japón-, 1956 Mimoun -argelino por Francia-).

Rosie la tramposa.
La ganadora femenina del maratón de Boston de 1980 fue una desconocida de 27 años, Rosie Ruíz (nacida en Cuba) que marcó un crono de 2h 31:56 batiendo el record de Joan Benoit (2h 35:15). Recibió los laureles y la medalla, se hizo las fotos con el ganador masculino, el mítico Bill Rodgers, y respondió a las entrevistas pero algo no cuadraba. Pronto empezaron a amontonarse las evidencias ya que las otras competidoras de élite no recordaban haber corrido con ella, no aparecía en las fotos y vídeos tomadas durante la prueba y algunos espectadores la acusaban de haberse incorporado a la carrera cerca de la meta (la mayoría de los consultados recordaban a la canadiense Jaqueline Gareau como la primera mujer que vieron pasar). A los testigos más expertos les extraño también la frescura de Ruíz y lo poco sudada que estaba su ropa. Unos días después una fotógrafa llamada Susan Morrow recordó haber hablado con Rosie Ruíz en el metro de Nueva York durante la celebración del maratón de 1979, la prueba en la que obtuvo el tiempo que le sirvió para clasificarse para Boston.
Pese a que nunca reconoció haber hecho trampa, Rosie Ruíz fue descalificada y su medalla remitida a Jaqueline Gareau dos semanas después. Ruíz fue detenida en 1982 por estafar a la empresa en la que trabajaba y también fue juzgada años después por tráfico de drogas.

El hombre que perdió su bigote.
Más reciente es el caso del argelino Abbes Tehami, antiguo campeón de 1.500m de su país, que se impuso en el maratón de Bruselas de 1991. El análisis de las fotos demostró que el que había tomado la salida con su dorsal no había sido él, sino su entrenador Bensalem Hamiani, que habría corrido unos siete kilómetros antes de pasarle el dorsal a Tehami. Pese a cierto parecido entre los dos hombres, el engaño salió a la luz por el bigote que lucía Hamiani y del que carecía el supuesto vencedor. La victoria fue otorgada finalmente al soviético Anatoly Karipanov.

El candidato tramposo.
El PRI (Partido Revolucionario Institucional) gobernó en Mexico desde 1929 hasta 1997 dominando un estado caracterizado por la corrupción y el clientelismo. Tras su primera derrota electoral en las presidenciales de 1997, fue dirigido por Roberto Madrazo que se presentó como candidato en 2006 y sufrió una espectacular derrota (acabó 3º y no ganó en ningún estado). Una biografía crítica llena de ácida sátira mexicana la podéis leer en http://www.frikipedia.es/friki/Roberto_Madrazo_Pintado .
Aficionado a las "corridas" (como se llaman en Latinoamérica las carreras sobre asfalto), fue aparentemente el ganador del maratón de Berlín de 2006 en la categoría de más de 55 años. Sin embargo, el tiempo de 2h 40:26, que mejoraba sus marcas previas en una hora, despertó las sospechas de los organizadores que constataron que el tiempo de paso entre el control del km 20 y el del 35 (21 minutos) era imposible. Además se constato su frescura y su atuendo, como señala un periódico azteca: "...lleva puesta una chamarra roja y unos pantalones largos, mientras al resto de los maratonistas se les ve cansados y más descubiertos, apenas en shorts y franelillas...".
Una vez desenmascarado y descalificado, el ex-candidato, que no había dicho nada hasta entonces, negó haber hecho trampa y alegó que sólo había pensado correr 21km y que luego se acercó a la meta a por su ropa (¿más?) y a por la medalla de participación.La victoria de la categoría fue para el alemán Martin Wahl (2h 44:17).

Engañados como chinos.

La última trampa en un maratón se produjo hace unas semanas en el maratón internacional de Xiamén, en China. Allí han sido descalificados unos 30 estudiantes que se habían clasificado entre los 100 primeros. Al parecer, unos habrían hecho parte del recorrido en vehículos o transporte público y otros habrían hecho correr a otros atletas en su lugar o habrían cambiado dorsales y chips con atletas de calidad "comprados". La razón estaría en los créditos que recibían los estudiantes con buenos resultados de cara al examen de ingreso en la universidad, una temida prueba llamada gaokao).

2 comentarios:

  1. Me gustaría precisar que los dos estadounidenses que ganaron la maratón olímpica antes que Shorter tampoco fueron los primeros en cruzar la meta, ya que en los dos casos los primeros fueron descalificados.

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  2. Efectivamente Jordi, así lo señalo (el tercer estadounidense en serlo no fue, como sus dos compatriotas anteriores (Hicks y Hayes), el primero en entrar en el estadio). Y precisamente de eso hablan los dos posts.

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