El asunto de las descalificaciones olímpicas está de actualidad estos días tras la reunión del COI en la que el venerable organismo ha realizado todo tipo de equilibrios para solventar el tema de la descalificación de
Marion Jones sin dar la medalla a una atleta a la que la opinión publicada (especialmente la nada autocrítica prensa USA) considera "no limpia". Si el COI aplicase ese criterio "moral con efecto retroactivo" debería haber quitado unas cuantas medallas y no lo hizo ni siquiera con el ciclista Tyler Hamilton pese a quedar probado en un control posterior que había corrido dopado en los JJ.OO. (claro que es estadounidense). No se atrevió ni a quitar el bronce de 1984 a
Ben Johnson cuando la IAAF si aplicó de forma ilegal ese c
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astigo retroactivo para beneficiar al poderoso "clan Lewis", uno que si fue "indultado" sin reparos por el C.O. de su país).
El tema merece un repaso.
Descalificación y reivindicación de "Wa-Tho-Huk" ("Sendero luminoso").Indígena americano (aunque con sangre irlandesa),
Jim Thorpe fue la sensación atlética de los Juegos de 1912 donde ganó de forma indiscutible las dos pruebas combinadas (con un sensacional RM en el decathlón). En los meses siguientes un periodista de su país descubrió que el indio había jugado profesionalmente al beísbol en Rocky Mount durante 1909 por unos 60-100 $ mensuales. No fue el COI sino la AAU de Jim Sullivan la que cargó contra Thorpe y su entrenador y le obligó a devolver sus medallas en un caso que traslució cierto racismo. Murió en 1953. El COI lo rehabilitó en 1982, en vísperas de los JJ.OO. de Los Ángeles, y su nombre aparece desde entonces en el palmarés junto a los del noruego
Ferdinand Bie y el sueco
Hugo Wieslander (que conservan e.a. sus medallas de oro).
Los podios del "black power".En México-68 las manifestaciones en el podio de atletas negros de EE.UU. se saldaron con la expulsión del equipo de
Tommie Smith y
John Carlos (no así de otros como Beamon o los cuatrocentistas). Cuatro años después la actitud de
Vince Matthews y
Wayne Collett en el podio de 400m no tuvo efectos retroactivos pero sí posteriores ya que su descalificación privó a los EE.UU. de poder salir en el relevo largo. Por esa época la experimentación química hacía furor en los gimnasios y estadios de EE.UU. (como han confesado muchos g
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randes lanzadores en entrevistas y libros) pero la lucha anti-doping oficial estaba en mantillas y no hubo descalificados olímpicos (sí los hubo en ciclismo o halterofilia).
Dopaje de estado y otras combinaciones sulfurosas.En los años posteriores se escribió mucho sobre la sospecha de dopaje de estado en los países del bloque soviético que arramblaban las medallas, especialmente en la categoría femenina (y que en Moscú-80 tuvieron algunas prestaciones extraordinarias). Pero el primer atleta privado de una medalla por el control anti-doping fue el finlandés
Martti Vainio, 2º en los 10.000m en Los Ángeles-84. Descalificado por el uso de esteroides, su medalla pasó al británico
Mike McLeod y el bronce al keniata
Mike Musyoki.
El escándalo de Seúl.La descalificación de
Ben Johnson tras haberse colgado la medalla de oro de los 100m es aún hoy para muchos la imagen de los Juegos de Seúl-88. Si su descalificación fue contundente, el canadiense sirvió de cabeza de turco ante una opinión pública que sospechaba que el problema iba mucho más allá del discípulo de Francis. La gran triunfadora femenina era un atleta bajo sospecha (que falleció poco después) y en esos juegos subieron al podio atletas como
Randy Barnes,
Butch Reynolds,
Silke Gladisch o
Christy Opara que fueron descalificados en los meses siguientes.
Pero el "caso Johnson" fue también un escándalo por parte de la IAAF que -transgrediendo sus propios reglamentos-, lo descalificó con efecto retroactivo de competiciones (Mundiales indoor y absolutos) en las que no había dado positivo. Por contra, en esa ocasión el COI mantuvo su medalla de bronce en 1984. En los años siguientes muchos campeones fueron pillados en diferentes circunstancias (como el lituano Ubartas, las alemanas Krabbe, Gladisch y Breuer, la nigeriana Ajunwa) pero no en el marco de los Juegos. Tal vez el caso más vergonzoso fue el del podio del lanzamiento de peso en Barcelona-92: el campeón
Mike Stulce acababa de cumplir una sanción de dos años y en 1993 fue pillado otra vez; el subcampeón
Jim Doehring también había sido descalificado en 1988 y el tercero, el ruso
Vyacheslav Lykho tambien había cumplido unas semanas antes una sanción de dos años.
Lío en Sydney.En los años posteriores a los Juegos de 2000 saltó a la prensa el caso Balco, aunque a esas alturas ya se sabía que el dopaje generalizado no era sólo cosa del ya desaparecido bloque soviético o del inefable
Ma Junren y su la "sangre de tortuga" y que tanto el USOC como la USATF habían "tapado" varios casos de atletas célebres como
C.J. Hunter o, al parecer, el mismísimo
Carl Lewis. Sobre el tema del dopaje en USA podéis leer el excelente artículo de Fernando Carreño (Marca.com) en la web amiga
Ocho Calles:
http://ochocalles.blogspot.com/2009/12/los-estados-unidos-el-agujero-mas-negro.html)
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De hecho una gran estrella y un ilustre figurante, ambos estadounidenses, confesaron en diferentes circunstancias haber competido dopados:
Marion Jones y el antiguo campeón mundial de 400m
Antonio Pettigrew. El caso de éste, seguramente por ser un atleta poco mediático y al final de su carrera, concitó menos interés: su propio compañero de relevo
Michael Johnson pidió la devolución de esa medalla colectiva (para él era fácil, no le habían pillado y tenía muchas medallas) aunque a día de hoy nadie sabe muy bien si Nigeria figura ya como campeona o no y si Jamaica y Bahamas han subido un escalón en el palmarés.
La resolución del caso de la ex-diva
Marion Jones ha sido más enrevesada ya que el COI considera indigna a
Ekaterini Thanou (por su "huída motorizada" en 2004) y la mantiene como medalla de plata (dejando el oro desierto, por primera vez en la historia) mientras asciende a "otra" medalla de plata a la jamaicana
Tanya Lawrence y sube al bronce su compatriota
Marlene Ottey, de 40 años en la época y que se había estrenado con el bronce en los 200m en 1980 con 20. En los 200m la bahameña
Pauline Davis sí asciende al oro, con la ceilanesa
Susanthika Jayasinghe plata y la jamaicana
Beverly McDonald bronce. El bronce que Jones se llevó en la longitud lo hereda ahora la rusa
Tatyana Kotova. Más
dudas hay sobre cómo ha quedado el tema de los relevos ya que EE.UU. (con Jones) fue bronce en 4x100 (ahora le correspondería a las francesas de Christine Arron) y oro en 4x400 por delante de Jamaica, Rusia y Nigeria que deberían ascender un puesto cada una.
Juegos "accidentados" en Atenas.
El esperado regreso de los Juegos a la Hélade tuvo el accidentado epílogo del falso accidente de moto de Kostas Kenteris y Thanou y su exclusión de los Juegos y en los días posteriores las descalificaciones de los lanzadores húngaros Adrian Annus (oro en martillo) y Robert Fazékas, oro en disco. Virgilius Alekna logró así su segundol título en disco y Koji Murofushi devolvía a Japón a un podio atlético (aunque en el podio permanecían elementos tan poco recomendables como el bielorruso
Ivan Tikhon, otro futuro descalificado).
Pero el caso más sangrante
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fue el de la rusa
Irina Korzhanenko que mancilló con su positivo el mismísimo recinto sagrado de Olympia, donde se disputaron las pruebas de peso de ambos sexos, y cuyo título pasó a la cubana
Yumileidi Cumbá. Claro que otros campeones de esos Juegos -y todos mantienen sus medallas- fueron el multirreincidente
Justin Gatlin, la inesperada
Yuliya Nesterenko, la "resucitada"
Kelly Holmes o las griegas
Fani Khalkia o
Athanassia Tsoumeleka ¡sin comentarios!
Los últimos (de momento).En la última edición de los Juegos dos fueron los atletas pillados: en la misma plaza la heptatleta ucraniana
Lyudmila Blonska, cuya medalla heredó la rusa
Tatyana Chernova, y, meses después, el mediofondista de Bahrein
Rashid Ramzi, cuyo oro en los 1.500m aún no ha sido atribuído al keniata
Asbel Kiprop, lo que permitiría acceder a la plata al neozelandés
Nick Willis y al bronce al frencés
Mehdi Baala.
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Algunos tramposos han devuelto sus medallas pero otros muchos se habrán colado entre las redes aunque al reflexionar sobre este tema no podemos dejar de pensar que no todos los países han actuado con la misma firmeza en este tema, que otros (especialmente los anglosajones) han sido muy hipócritas (inflexibles con los otros y muy permisivos con los suyos) y que los organismos internacionales no han actuado con la misma firmeza según de qué país fueran los afectados (los abogados de EE.UU. dan mucho miedo a algunos grandes ejecutivos).